En la Edad Media, los médicos no debían interesarse por la cirugía. Se trataba de un trabajo manual impropio de un medico educado en la tradición de Hipócrates y Galeno. De hecho, el Juramento Hipocrático dice claramente en uno de sus apartados que el médico “no debe operar ni siquiera a los pacientes enfermos de cálculos, sino dejarlos en manos de quienes se ocupan de esas prácticas”. Quienes se ocupaban de esas prácticas eran los barberos.
Los barberos estaban acostumbrados a utilizar instrumentos cortantes y a restañar hemorragias ligeras. Por eso eran solicitados para realizar pequeñas intervenciones donde era preciso hacer un corte, como las sangrías, el drenaje de abscesos superficiales, extracciones dentarias y otras intervenciones menores. La verdad es que lo que entendemos hoy en día por cirugía, no iba más allá.
EL PERSONAJE
En esta ambiente surge el personaje de Ambrosio Pare. Nace en 1509 ó 1510 en la Bretaña Francesa, seguramente en un pueblo llamado Bourg Hersent. De familia muy modesta no tenía acceso a una educación formal. Por eso el párroco de su pueblo le recomendó a un barbero cirujano, llamado Vialot, para que entrase como aprendiz en su barbería. En aquellos tiempos un aprendiz convivía con su maestro durante diez o quince años hasta adquirir cierto nivel técnico. Después podía instalarse por su cuenta, cosa a veces difícil por su coste económico, o podía convertirse en un barbero itinerante. Así lo hace Pare hasta que en 1530 se instala en Paris donde adquiere cierto prestigio como cirujano. Se entiende como barbero cirujano.
LOS DIFICILES COMIENZOS
Los comienzos en Paris fueron difíciles. Ya por entonces algunos médicos no barberos comenzaban a reclamar algunos aspectos de la cirugía para sí. Así Henri de Mandeville considera que la cirugía es un arte por derecho propio. Y más adelante, Guy de Chauliac, médico del Papa Clemente VI insiste en esta línea e incluso escribe un tratado titulado Cirugía Magna. En esta ambiente no se admite a los barberos en los hospitales. Solo quienes vestían la túnica larga, los médicos que además escribían en latín, eran admitidos. Quienes vestían la túnica corta y además escribían sus experiencias en francés, los barberos, eran excluidos de la aristocracia profesional.
En este ambiente tiene que manejarse Pare. Pero la suerte acude en su ayuda porque durante una epidemia de peste bubónica es admitido al Hôtel Dieu, el hospital más importante de París, pues era preciso abrir los numerosos abscesos rectales que esta enfermedad producía. Y solo un barbero podía hacerlo. Aun así la Facultad de Medicina de Paris quiere prohibir sus obras por estar escritas en francés y no en latín.
LA GUERRA, ESCUELA DE CIRUJANOS.
Las guerras, casi una constante en el siglo XVI, causaban una gran cantidad de heridos que necesitaban ser tratados por cirujanos. Los únicos disponibles eran los cirujanos barberos. Ambrosio Pare, en 1536 se convierte en cirujano militar en la tercera guerra Franco Española al servicio del Mariscal Montejean. La enorme cantidad de heridos que necesitaban tratamiento aumenta de forma notable la experiencia de Pare. Esta campaña le sirve para describir un nuevo método de reducción de la luxación del codo. Y algo más delante, en la campaña del Piamonte, Pare descubre y describe un nuevo método para el tratamiento de las heridas de fuego. Este descubrimiento le proporcionaría fama y prestigio en toda Europa.
Hasta entonces, el axioma admitido universalmente del cuidado de las heridas por arma de fuego era: lo que no cura el fuego lo cura el hierro. Estas heridas eran tratadas por medio de aceite hirviendo y por el hierro candente. El resultado, además del dolor y sufrimiento que causaban, eran unas heridas intensamente inflamadas y, a menudo, infectadas. En una de las batallas en las que participó durante esta campaña, se agotó el aceite para el tratamiento de las heridas. Pare tuvo que usar lo único que tenía a mano, el aceite de rosas. El resultado fue, para sorpresa de todos, que las heridas evolucionaban mucho mejor, sin causar dolor ni inflamación y con menos casos infectados. Además, Pare introdujo la ligadura de los vasos en lugar del cauterio para controlar la hemorragia. El método de Pare, el llamado tratamiento suave de las heridas, se extendió rápidamente entre los cirujanos de guerra de todos los ejércitos de todas las guerras. Como anécdota, durante la quinta guerra Franco Española en 1553, el ejército francés es derrotado por las tropas españolas de Carlos I. Pare es hecho prisionero y el rey de España le ofrece quedarse a su servicio. Pare rechaza la oferta y, finalmente liberado, regresa a Paris.
Es después de este episodio, ya en 1554, cuando Pare accede a la túnica larga, después de pasar los preceptivos exámenes de la Facultad de Paris, que también incluyen pruebas en latín. Ya no es un barbero cirujano, ya es un médico cirujano.
CIRUJANO DE REYES
Su prestigio le lleva a entrar al servicio del rey Enrique II de Francia. Esta posición le lleva a protagonizar otro episodio quirúrgico novedoso. En el año 1559, se celebra la boda de Isabel de Valois, hija de Enrique II, con el rey Felipe II de España. Como parte de la fiesta, Enrique II propone al conde de Montgomery un torneo amistoso, cosa frecuente en este tipo de celebraciones. La mala fortuna quiere que la lanza de Montgomery se rompa y un fragmento alcanza al rey entrando por un ojo y alcanzando el cerebro. Para tratar esta muy grave lesión, Pare llama al célebre anatomista Vesalio que se encontraba en España. Vesalio viaja día y noche para llegar a Paris. Pare y Vesalio solicitan y obtienen las cabezas de dos delincuentes que habían sido ajusticiados y estudian la trayectoria del fragmento alojado en el cerebro del rey. En cualquier caso Enrique II muere a los pocos días del accidente pues su herida era mortal de necesidad para los métodos de la época. El conde de Montgomery huye para escapar de posibles represalias. Pero, a pesar de que la muerte del rey fue resultado de un accidente fortuito, Montgomery es perseguido, apresado y ajusticiado. Nada de bromas.
Este episodio fue cierto pero la descripción de su desarrollo puede no serlo. Este relato un tanto novelesco hay quien lo ha atribuido a la pluma de Alejandro Dumas. Adornar la realidad de una historia no hace mal a nadie.
A la muerte de Enrique II Pare entra al servicio de su hijo Francisco II, que muere al poco tiempo y es sucedido por su hermano Carlos. Pare continúa en la corte, ahora al servicio del rey Carlos IX. Otro episodio singular sucede a Pare durante este reinado. Eran tiempos de intensos conflictos entre los hugonotes, los protestantes franceses de tendencia calvinista, y los católicos. En realidad Pare no estaba interesado en controversias religiosas pero se le consideraba próximo a los Hugonotes. En la famosa noche de San Bartolomé, del 23 al 24 de agosto de 1572, en la que mueren miles de hugonotes a manos de los católicos, Pare se libra de una muerte segura porque el rey Carlos IX, católico, le oculta en sus aposentos. Como agradecimiento Pare se convierte al catolicismo, creencia que conservará hasta el fin de sus días.
En el año 1574 muere Calos IX y le sucede su hermano Enrique III que mantiene a Pare a su servicio. Cuando el rey muere asesinado, Pare abandona la corte y se traslado a Paris donde morirá un año más tarde, en 1590, los 80 años de edad.
EL LEGADO DE AMBROSIO PARE
Ambrosio Pare, como los cirujanos y los cirujanos barberos de su época, no tuvo una formación quirúrgica como la entendemos hay en día. Los conocimientos médicos todavía se basaban en Hipócrates y Galeno. Los conocimientos de la anatomía humana se entendían como extrapolación de la anatomía de los animales que eran más fácilmente estudiados. Vesalio publica el primer tratado de anatomía, De Fabrica Humani Corporis, basado en la disección de cadáveres humanos y Pare traduce esta obra del latín al francés lo que facilita su difusión. Pare, un hombre del Renacimiento, prescinde de las ideas preconcebidas y se basa en la observación directa, en la lógica y en el método de ensayo y error para comprobar el resultado de los tratamientos. Este cambio de mentalidad inicia el camino hacia la cirugía moderna. Sus ideas y métodos estuvieron vigentes hasta bien entrado el siglo XVIII cuando se crea La Real Academia Francesa de Cirugía.
Toda la obra de Ambrosio Pare se contiene en sus Obras Completas. Son 30 libros que contienen su experiencia en medicina y cirugía. Ya hemos mencionado el tratamiento suave de las heridas de guerra y las ligaduras para controlar la hemorragia durante las amputaciones. Además fue el primero en operar la hernia inguinal sin extirpar el testículo, usando un hilo de oro como sutura en lugar del cauterio. Introdujo el método de la inversión podálica durante el parto para evitar presentaciones complicadas. Escribió sobre el tratamiento de las fracturas y las amputaciones. Diseñó prótesis y miembros artificiales e incluso una placa para el tratamiento del labio leporino. Y todo ello con un espíritu humilde que molestaba a sus contemporáneos que se consideraban grandes genios de la medicina académica. Su lema era: yo los trato y Dios los cura.
La medicina y la cirugía moderna han alcanzado sus niveles actuales gracias a gigantes como Ambrosio Pare sobre cuyos hombros nos apoyamos. Sus métodos permitieron un avance importante de cirugía en el Renacimiento. Pero más importante fue el giro que produjo en la mentalidad de su época, abandonando para siempre las ideas medievales para dar paso a las ideas modernas.
Para la realización de este artículo nos hemos basado en las siguientes obras:
Ambrosio Pare, Padre de la cirugía. E. Rimbau. Historia y Vida, nº 137, Agosto de 1979.
Brian Inglis. Historia de la Medicina. Ed. Grijalbo 1968
Lain Entralgo. Historia de la Medicina Moderna y Contemporánea. Ed. Científico Médica 1963.
Diccionario Larousse de Historia Universal.. Ed. Planeta Agostini, 1988.