Hoy casi nadie recuerda quien fue Andrés Laguna. Sin embargo, Laguna fue un prestigioso médico español que atendió a Reyes y Papas. Su contribución a la medicina de su época fue notable y, además, sus opiniones sobre los problemas de Europa fueron escuchados en los foros más importantes del continente. Tal vez la razón por la que es poco conocido en España es que pasó gran parte de su vida en otros países europeos.
SU VIDA
Andrés Laguna nace en Segovia en 1499 aunque algunos autores, como Bataillon, prefieren la fecha de 1510. Estudia en la Universidad de Salamanca donde obtiene el título de Bachiller en Letras. Su padre era un prestigioso médico, judío converso, que ejerció con éxito su profesión en Segovia.
Seguramente la influencia paterna le inclinó hacia los estudios de medicina. Se traslada a París donde en la Universidad de la Sorbona estudia humanidades y medicina. Se gradúa en como médico en 1534.
Regresa a España y en la corte de Toledo es requerido, junto a otros médicos, para asistir a la Emperatriz Isabel de las complicaciones del parto que acabaría con su vida. Posteriormente se traslada, por requerimiento del Emperador Carlos V a los Países Bajos. En Gante (ciudad natal del Emperador) ejerce la medicina. En 1540 se traslada a la ciudad de Metz contratado por esta ciudad para asistir a los enfermos de peste y permanecerá en esta ciudad hasta 1545. Esta experiencia le serviría para publicar un tratado sobre la peste. Aprovechando unos días de descanso, viaja a Colonia en cuya Universidad dictará su famoso discurso sobre los problemas de Europa, como veremos más adelante.
Se traslada a Italia donde en 1545 es nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Bolonia. Marcha a Roma donde pasará los siguientes nueve años. En agradecimiento a sus servicios el Papa Paulo III le nombra Conde Palatino entre otras distinciones. En 1551 el Papa Julio III le nombra su médico personal, cargo que mantendrá hasta la muerte del Pontífice. En estos años italianos comienza a traducir el Dioscórides.
En 1557 enferma en Bruselas y aprovecha el obligado descanso para traducir las Catilinarias de Cicerón. También termina de escribir el Viaje de Turquia. Regresa a España, todavía enfermo. Fallece en Guadalajara en 1559 cuando formaba parte de la comitiva del Duque del Infantado para recoger a Isabel de Valois que acudía a España para contraer matrimonio con el rey Felipe II. Sin embargo Marcel Bataillon sitúa el lugar de la muerte en Segovia al regreso del mencionado viaje.
APORTACIONES A LA MEDICINA
Andrés Laguna, buen conocedor de las lenguas clásicas por su formación humanista, tradujo el De Mundo de Aristóteles. De Galeno tradujo y publicó varios libros de medicina, casi todos en latín como era preceptivo en aquella época, entre ellos su Historia de la Filosofía y su Epítome. Por su parte escribe y edita varios textos de medicina como el Método de Anatomía y Disección en 1534. el Tratado de Enfermedades Articulares en 1551 y el Discurso Sobre la Cura y Preservación de la Pestilencia en 1556. Sin olvidar su actividad como médico en varias ciudades europeas como ya hemos indicado más arriba.
Laguna fue un médico con una mentalidad muy moderna para su época. Tenía un concepto negativo de la medicina de entonces. Llegó a dejar escrito que los médicos, al terminar la carrera deberían pasar varios años en un hospital antes de poder ejercer libremente. Aun hoy suena a moderno.
Pero su aportación más relevante fue la traducción al castellano, por cierto un castellano perfecto, del tratado de Dioscórides.
EL DIOSCORIDES
La medicina de la antigüedad basaba gran parte de sus tratamientos en plantas medicinales por lo que abundaron los tratados sobe este tema. Sin embargo el más conocido fue el escrito por Pedacio Dioscorides Anazarbeo, simplemente conocido como Dioscórides.
Pedacio Dioscórides nació en el siglo I de nuestra era en Anazarba de Cilicia, en Asia Menor. De origen griego, fue médico del ejercito romano establecido en esa parte del Imperio. Con el ejército tuvo la ocasión de viajar frecuentemente y conocer las distintas tradiciones médicas, sobre todo la de Egipto. Esto le permitió conocer las hierbas medicinales de los diversos territorios bajo dominio romano. Con todos estos conocimientos escribió un tratado con el nombre de Materia Médica que incluía remedios de origen animal, mineral y sobre todo vegetal. Describe numerosas plantas con su nombre vulgar en griego de forma concisa y a veces desordenada pero de gran utilidad práctica. Durante la Edad Media se hicieron muchas copias de Materia Médica por su gran demanda entre los médicos de entonces. Cuando aparece la imprenta, el tratado de Materia Médica fue uno de los primeros libros en imprimirse. Ya entonces Materia Médica se conocía como el Dioscórides,en honor a su primitivo autor.
La primera traducción al latín es de 1478. La primera traducción al Italiano, editada en Venecia por Curtio Trojano, data de 1442. Fue en 1543 cuando otro italiano, Andrea Mattioli publica una versión corregida y aumentada por muchas nuevas entradas. Esta edición tan cuidada se impondría en los siglos siguientes como versión a consultar.
La primera edición del Dioscórides en España es la de Antonio de Nebrija en 1518, que no es sino una simple reimpresión de la traducida por Jean Ruel (ver más abajo) en la que se incluyen ya muchos vocablos en castellano traducidos del griego y latín.
Pero es la traducción y edición de Andrés Laguna la que iba a poner a disposición de los médicos españoles una cuidada, muy corregida y muy aumentada versión del Dioscórides en un exquisito castellano. Durante sus años de estudiante en París, Laguna fue discípulo de Jean Ruel, profesor de la Facultad de Medicina, quien hizo una renombrada traducción del Dioscórides del griego al latín. Es entonces cuando Laguna se familiariza por primera vez con esta obra.
Seguramente en los años siguientes desarrolló su afición por la botánica y sobre todo por las plantas medicinales Durante sus años en Roma comienza a traducir el Dioscórides al castellano. Completa este gran tratado de botánica médica con aportaciones personales. Laguna siempre había tenido gran interés por la botánica y en sus muchos viajes había hecho acopio de nuevos datos. En 1554 viaja a Amberes para editar el libro y en el trayecto sigue recogiendo plantas para incluír en su Dioscórides Su edición contiene más de setecientas nuevas descripciones que no se encontraban en el original. Finamente se imprime en 1555 con una dedicatoria al Rey Felipe II. Andrés Laguna, hombre honrado, reconoce haberse apoyado en la versión latina de Ruel y en la italiana de Mattioli. Esta obra ha sido re editada en numerosas ocasiones a lo largo de los siglos siguientes y en cada edición se ha añadido nuevas plantas medicinales que se encuentran en España. Nosotros disponemos de una edición de 1979.
ANDRES LAGUNA, HUMANISTA Y EUROPEISTA
Laguna fue un hombre muy moderno para su tiempo. Su cultura humanista fue enorme. Ya hemos visto más arriba el gran numero de traducciones del griego y del latín que llevó a cabo. Aristóteles y Galeno figuran entre sus favoritos. También traduce la Tragopodagra de Luciano de Samosata. Dominaba seis idiomas (criticaba a los españoles por no esforzarse en los idiomas extranjeros) y vivió gran parte de su vida en distintos países europeos. Eran tiempos de reforma protestante, de guerras de religión y de amenaza de los otomanos. Tiempos muy difíciles para Europa. En 1543 es invitado por la Universidad de Colonia para disertar sobre Europa. Su discurso, “Europa que se Atormenta a Si Misma”, más conocido como el Discurso sobre Europa, es una descripción de los males que aquejan al continente que achaca al egoísmo de príncipes y prelados que hacen imposible la unión política y religiosa europea. Alaba al Emperador Carlos V (el divino Carlos,le llama) como adalid de una monarquía universal integradora. Achaca a la envidia de los príncipes del poder de la casa de Habsburgo, inventando calumnias y causando discordias. Los enemigos de Europa estaban dentro, no era de fuera. No pudo ser. El fracaso del Coloquio de Ratisbona, promovido por Carlos V para intentar la unión de católicos y protestantes, fue el golpe final. Laguna era un adelantado a su tiempo, tempo que llevaría a todo lo contrario, a las monarquías absolutas y nacionales. Bataillon ha llegado a decir que Laguna era un español europeísimo.
Andrés Laguna nunca llegó a conocer las obras de Erasmo de Roterdam pero su talante de alguna forma era erasmista. El erasmismo era una ideología que había prendido en los ambientes intelectuales que impulsaban ideas contrarias al conservadurismo de la época y que chocaba claramente con algunas disciplinas de la Iglesia de Roma. Laguna criticó sin empacho muchas de las actitudes de la Iglesia Romana. Criticó la falsa religiosidad de las grandes ceremonias, la ostentación de la riqueza eclesiástica, el culto a las reliquias, el abuso de los sacerdotes para aprovecharse de la ignorancia de los fieles. Esta actitud, claramente erasmista, le llevó a ser acusado de luteranismo. Una de sus obras fundamentales, Viaje de Turquía, publicada al final de sus días, es una obra evidentemente autobiográfica. El protagonista Juan de Urdemala, es claramente un retrato del propio Laguna. Se trata de un viaje imaginario (Laguna nunca viajó a Turquía) en el que se relativiza la diferencia entre musulmanes y cristianos, hay buenos y malos en ambos bandos. Hay turcos que son valientes, sobrios y trabajadores. Entre los cristianos hay soldados muy valerosos pero también capitanes ladrones. En una Europa amenazada por los otomanos estos comentarios eran, cuando menos, temerarios. Fustiga a los españoles por su soberbia, que les hace antipáticos a los ojos de los europeos. También les critica por no esforzarse en aprender idiomas, que los italianos, franceses y alemanes saben mejor latín que los españoles. Pero todas estas críticas son realizadas desde un profundo amor por España a la que desea esté a la altura de los países vecinos.
LO QUE NOS QUEDA DE ANDRES LAGUNA
Desgraciadamente Andrés Laguna es hoy un personaje casi olvidado. Muchas de sus ideas, no lo olvidemos, en el siglo XVI, hoy nos parecen actuales. Personaje completamente fuera de lugar en la España y la Europa de su tiempo, adelantó ideas y actitudes imposibles entonces pero modernas hoy. Como médico obtuvo un innegable prestigio y fue solicitado por Reyes y Papas. Su Dioscórides ha sido libro de cabecera de muchas generaciones de médicos españoles. Como humanista acercó a los clásicos griegos y latinos a sus contemporáneos, a través de cuidadas traducciones y ediciones. Pero su gran ambición, la unión de los pueblos de Europa terminó en un gran fracaso.
Quien sabe si cuando, ya en el siglo XX, Ortega y Gasset dijo que la historia de Europa era un movimiento pendular entre lo nacional y lo europeo, estaba recordando a Andrés Laguna.
Para realizar este artículo nos hemos apoyado en las siguientes referencias.
Historia Crítica del Pensamiento Español. José Luis Abellán. Círculo de Lectores, Barcelona 1992.
Erasmo y España. Marcel Bataillon. Fondo de Cultura Económica. Mexico 1966.
El Dioscorides Renovado. Editorial Labor. Barcelona 1979.