El Mito
La historia de Asclepio, el dios médico, no es más que la historia de un mito sobre distintas deidades, antiguos dioses de la tierra o del mundo subterráneo que curaban con la ayuda de animales sagrados. Los nombres de Melampo de Argos (1500 A.C.), Anfiarao de Tebas y Trifonio, dios del mundo subterráneo que curaba por medio de serpientes, son algunos de los míticos precursores de la medicina antigua. Es posible que Asclepio tan solo sea la última personificación de esta serie de sanadores míticos. Aunque la existencia de la persona de Asclepio fuese solo un mito, la influencia de los que en él creyeron llevó a la creación, esta vez real, de una escuela de medicina con establecimientos específicos para curar (los templos) y con sistemas de tratamiento que han sido usados durante muchos siglos.
La Enfermedad, Castigo de los Dioses
En los tiempos de la mitología griega, la enfermedad era considerada un castigo que los dioses enviaban a los hombres por haber cometido algún acto que, a los ojos de los dioses, constituía un agravio intolerable. Como castigo enviado por los dioses, la enfermedad había que sufrirla resignación. Se curaría cuando los dioses así lo dispusieran. El que los hombres mortales intentasen curar enfermedades era considerado un agravio y había de ser castigado. Algunos dioses tenían misiones sanadoras. Así Hera, la esposa de Zeus, era la protectora de las parturientas y Atenea, la diosa de la sabiduría, era también la protectora de la vista. Apolo era la principal deidad sanadora pues era el dios de la medicina, la música y la poesía.
Aparece Asclepio
Asclepio (según la mitología) era hijo del dios Apolo y de una mujer mortal, Coronis. Los dioses del Olimpo no perdonaban las ofensas y cuando Coronis le fue infiel, Apolo simplemente la mató. Entonces entregó a su hijo, Asclepio, al centauro Quirón para su educación. Si Apolo era el dios de la medicina, era lógico que el mito de Asclepio médico se consolidase.
Aparece el Centauro Quirón
Quirón era hijo del titán Cronos, que también era padre de Zeus. Mitad hombre mitad caballo, fue considerado patrón de la salud y gran especialista de la medicina de su tiempo. Fue un gran conocedor de la propiedades medicinales de las plantas y, según la leyenda, enseñó sus secretos a Apuleyo compilador de un famosos herbario. Quirón también se servía de encantamientos, administraba fármacos y practicaba la cirugía. Quirón conocía todo sobre la medicina de la época. Asclepio aprendió toda esta ciencia del centauro y se convirtió en un gran médico.
Asclepio ya es médico.
Asclepio adquiere un gran prestigio como médico y a él acuden enfermos de todas partes para ser curados. Se dice que incluso pudo resucitar a un muerto. Es representado portando una vara o bastón en el que se enrollaba una serpiente, que era el símbolo de la inteligencia, y del conocimiento medico según la tradición mítica.. Tanta eficacia resultó en tal disminución de la mortalidad que Hades, el dios de los infiernos, se quejó a Zeus pues Asclepio le dejaba sin clientela. En realidad Asclepio estaba excediéndose en sus atribuciones pues solo los dioses podían curar. Zeus solucionó el problema por un método propio de un dios del Olimpo. Mató a Asclepio por medio de un rayo y para compensarle le subió al firmamento donde aparece como la constelación de la serpiente. Así Asclepio, que era un simple mortal, se convirtió en un dios, el dios de la medicina reconocido por todos los pueblos de Grecia.
Asclepio formó una familia numerosa, cuyos miembros también se dedicaron a actividades sanadores. Dos de sus hijos varones, Macaon y Podalirio fueron médicos en la guerra de Troya. Otro hijo, Telesforo, le acompaño como ayudante. Su esposa, Epione, tenía la virtud de calmar el dolor. Su hija Higeia era deidad de la salud y prevenía las enfermedades. De ella se deriva el actual concepto de higiene. Otra hija, Panacea, era conocedora de los tratamientos pues su nombre significa remedio universal.
Asclepio ya es dios. Los templos
Aquí termina el mito y comienza la historia real, bastante bien documentada, de los Asclepiades o seguidores de Asclepio.
El prestigio sanador de Asclepio, una vez convertido en dios, se extendió por toda Grecia y se construyeron muchos templos bajo su advocación y dedicados a la curación de los enfermos. Estos templos se llamaban Asclepiones y los primeros aparecen en el siglo VI A.C. Ya en el siglo IV A.C. había numerosos templos de Asclepio por todo en mediterráneo. Los más importantes fueron los de Epidauro, Pérgamo y Rodas. Se calcula que hubo más de trescientos de estos templos diseminados por toda Grecia y Asia Menor.
Los Templos
Cada templo de Asclepio era un conjunto de edificios con un templo principal que alojaba una estatua del dios representado con su vara y la serpiente enrollada. En el templo de Epidauto, el más importante de todos, la estatua estaba recubierta de oro y marfil. También había estatuas de otros miembros de la familia dispersos por los distintos edificios.
A la entrada de los templos se encontraba una fuente para que los enfermos pudiesen lavarse y purificarse. Además era frecuente, sobre todo en los templos más importantes, que dispusiera de un estadio, un gimnasio e incluso un teatro. A veces se recomendaba al enfermo componer odas, canciones o incluso comedias. Había que distraer, entretener y consolar a los pacientes. Por cierto, los enfermos eran llamados suplicantes pues acudían a suplicar su curación al dios Asclepio. No se aceptaban mujeres embarazadas, pues el embarazo no es una enfermedad, ni pacientes con enfermedades terminales e incurables. No era considerado moral ofrecer tratamiento a enfermos que se sabían sin remedio. Se trataba a personas con enfermedades agudas o crónicas que otros médicos no habían podido curar.
La Incubación
La parte mas importante del templo era la sala de incubación. En esta sala es donde se producía la curación durante el sueño. El tratamiento comenzaba con una ceremonia realizada a la puesta del sol. Previamente el suplicante se había abstenido de comer ciertos alimentos y de beber vino. A continuación se realizaba un baño ritual y se vestía con una túnica blanca. Por medio de la música y la tranquilidad del ambiente se creaba una atmósfera religiosa que relajaba profundamente al paciente. Así preparado tanto física como mentalmente, podía comenzar la incubación.
El suplicante se tendía en el lecho preparado para dormir y recibir la visita del dios durante el sueño. Pues era el dios Asclepio el que se le aparecería durante el sueño para curarle. Seguramente la somnolencia se conseguía mediante la administración de alguna droga. Durante la noche el sacerdote, vestido como Asclepio y acompañado de sus ayudantes de una serpiente y de un perro, hacía la ronda en la semioscuridad trasladándose de un suplicante a otro, susurrando consejos que llevasen a la curación. Por la mañana al despertar, el suplicante estaría curado. En algunos casos la incubación había de repetirse varias veces.
Los médicos del templo también utilizaban fármacos, los masajes e incluso la cirugía. También se ayudaban de animales con capacidades curativas como la serpiente,el perro y el ganso. Cuando el suplicante, ya curado, abandonaba el templo debía pasar unos días en sus alrededores. Antes de marchar a su lugar de origen era habitual que dejase alguna ofrenda, en señal de gratitud. La ofrenda era tan generosa como el suplicante podía permitirse. Precisamente entre estas ofrendas se encontraban unas tablillas donde el suplicante agradecía, por escrito, al dios su curación. Estas tablillas nos han permitido conocer cuales eran algunas de las enfermedades tratadas. He aquí algunas de ellas: miembro paralizado, ceguera, niño sin voz, lesiones en la frente, mal de la piedra (cálculos renales), flecha en la mandíbula que no pudo ser extraída por otros médicos, parálisis de varios miembros, úlcera en un dedo, tumor en el cuello, absceso en el abdomen, piojos, gota y muchos más. En la mayoría de los casos hay una descripción somera pero adecuada.
El factor más importante de estos tratamientos sin duda era la fe. La confianza del suplicante en el poder curativo del dios. Fe ayudada por tratamientos habituales e incluso por cirugía.
La Influencia de Asclepio se Extiende
El culto a Asclepio y a sus tratamientos continuó durante siglos, ya que la medicina clásica no podía ofrecer ningún tratamiento mejor. Hipócrates (560 A.C.) se consideraba su seguidor e incluso se le ha considerado descendiente directo a través de la estirpe de Podalirio, hijo de Asclepio. Su influencia se extendió fuera de Grecia. Incluso Galeno, nacido en Pérgamo en el siglo II D.C. pero que ejerció en Roma y fue el médico del emperador Marco Aurelio, se consideraba seguidor de la tradición médica de Asclepio.
En Roma Asclepio se convierte en Esculapio
En el sigo III A.C. su práctica llegó al imperio romano donde Asclepio fue conocido con el nombre de Esculapio. Según la leyenda, los romanos preocupados por los efectos de una peste acudieron al templo de Epidauro, el más importante de todos los Asclepiones, para buscar la ayuda del dios. Los sacerdote de este templo regalaron a los romanos una de las serpientes sagradas que se guardaban allí. En el viaje de regreso se escapó la serpiente que nadando fue hasta la Isla Tiberina, cerca de la capital, donde los romanos erigieron su primer templo en honor a Asclepio. El nombre de Asclepio, adaptado a la fonética romana, se convirtió en Esculapio.
Durante siglos, el nombre de Asclépiade era sinónimo de médico. No fue hasta la llegada de Galeno cuando los médicos asumieron su nombre, Galeno igual a médico, denominación que en los países latinos todavía se usa.
En Realidad, Nada ha Cambiado
Desde los comienzos de los tiempos, cuando los hombres se encontraban enfermos, acudían a otros hombres que podían curarles. Con la fe, con la confianza de que estos sanadores pondrían todo su saber y todos sus medios para conseguirlo. En realidad nada fundamental ha cambiado.
Este artículo se ha realizado con ayuda de los siguientes textos:
A, Lyons y J. Petrucelli. Historia de la Medicina. Ediciones Doyma, Barcelona 1980.
O. Mejía Rivera. Medicina Antigua. Punto de Vista Editores. Madrid, 2018.
Pedro Lain Entralgo. La Curación por la Palabra. Revista de Occidente. Madrid, 1958.
Robert Graves. Los Mitos Griegos. Editorial Ariel. Barcelona 1984.
Jesús Avila Granados. El Culto a Asclepios – Esculapio. Historia y Vida. Extra nº 56. 1989.