Axel Munthe fue un médico pero no es recordado por su actividad profesionall como tal sino por su faceta de escritor que le llevó a la fama, especialmente al publicar en 1929 su obra más importante, La Historia de San Michele.
Munthe nace en la pequeña ciudad de Oskarshamm (Suecia) en 1857 y muere en Estocolmo en 1949. A la temprana edad de 19 años se trasladó, por consejo de sus médicos, al sur de Francia para curarse de una tuberculosis pulmonar en un clima más benigno. Se adaptó tan bien a este clima que decidió estudiar la carrera de medicina, primero en Montpellier y después en Paris donde se graduó en 1880. Alli tuvo como maestros a personajes como Claudio Bernard, Charcot y Pasteur. Ejerció su profesión en Paris y después en Roma. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en la Cruz Roja Británica, episodio relatado en su libro Cruz Roja y Cruz de Hierro.
En 1876, cuando residia en el sur de Francia, en Menton concretamente, para curarse de su tuberculosis, hace un viaje al sur de Italia y conoce la isla de Capri. Esta isla le impresiona de tal manera que decide que, algún día, se instalará a vivir en ella. En 1895 regresa finalmente a Capri, compra una capilla en ruinas, San Michele, constuida sobre las ruinas de una villa del emperador Tiberio. Axel Munthe dedica gran parte de su fortuna a reconstruir esta villa y capilla. Residirá en ella desde finales del siglo XIX hasta 1943 cuando a causa de la Segunda Guerra Mundial se ve obligado a regresar a Suecia. Aqui, mientras reconstruía San Michele, escribiría su gran obra.
La Historia de San Michele, su obra maestra, no es más que la historia de un médico. Es una obra en cierto modo autbiográfica aunque el autor advierte que parte del relato está escrito libremente y no es reflejo fidedigno de su vida. Nos muestra la vida de un médico en su ejercicio profesional, primero en Paris y más tarde en Roma. Su clientela incluye a personajes de la alta sociedad de ambas ciudades, individuos acaudalados y socialmente prominentes, pero también asiste a la población más pobre y abandonada a su suerte. Todo ello con los recursos, escasos, de que disponía la medicina de aquella época. Este relato, nos permite comprobar como era la sociedad de aquel tiempo, para lo bueno y para lo malo, a través de unos ojos privilegiados como son los de un médico.
La variedad de ambientes y personajes, descritos por quien no es un escritor profesional, da como resultado un relato agil y fresco, que nos sorprende pues no es nada parecido a lo que se espera de una obra (no podemos llamarla novela ni estrictamente autobiografía) de la época.
Es un libro extraordinariamente bonito, interesantísimo y raro, además; para mí ha sido un hallazgo encantador.