Durante toda la Edad Media, los conocimientos astronómicos estaban condicionados por las creencias religiosas. En Occidente, en el mundo cristiano, el planeta tierra era el centro del universo y a su alrededor giraban el sol, las estrellas y el resto de los planetas. Esta organización astronómica era la dispuesta por el astrónomo del Siglo II de nuestra era, Tolomeo. La autoridad que avalaba esta tesis era la Sagradas Escrituras, que no podían equivocarse. Así, en el Libro de Josue, podemos leer que el propio Josue pide a Dios que detenga el curso del sol para que sus enemigos en una batalla, los amorreos, no pudiesen huir al llegar la noche. Dios accede a los deseos de Josue, detiene el movimiento del sol y permite que los israelitas eliminen a sus enemigos. Era claro que el sol giraba alrededor de la tierra, no había discusión. La Biblia era la fuente de toda verdad.
Esta idea cambia con Nicolás Copernico, que nace el 19 de febrero de 1473 en la ciudad polaca de Torun, en la proincia de Warmia junto al río Vístula y cerca del mar Báltico. Estudia en la Universidad de Cracovia matemáticas, economía y pintura (pintó un autorretrato que los expertos consideran de mala calidad). En Bolonia estudia derecho.
Pero también estudió medicina. Marcha a Padua y Ferrara donde estudia la carrera de médico. Es posible que en estas ciudades le mostraran las obras de Aristarco de Samos, filósofo del Siglo II AC, que junto con algunos pitagoricos había esbozado una teoría heliocéntrica de los movimientos estelares. Sin duda, cuando Copérnico elabora su teoría astronómica con el sol en el centro del sistema planetario, tuvo que tener en cuenta la obra de Aristarco de Samos.
A los 30 años de edad, Nicolás Copérnico, ya concluidos sus estudios de medicina, regresa a Polonia. Su tío, a la sazón obispo de Warmia, le nombra canónigo y médico de cabecera. A la muerte de su tío se traslada a la ciudad de Frauenburg y se dedica de lleno a la medicina obteniendo un gran prestigio, siendo solicitados sus servicios tanto por las clases humildes como por la nobleza y los jerarcas de la Iglesia. Fallece en Frauenburg, de donde también había sido nombrado canónigo, el 24 de Marzo de 1543,
Pero Copernico es conocido sobre todo por su gran obra, De Revolutionibus Orbium Celestium, en la que demuestra su teoría heliocentrica y los dos movimientos de la tierra, el de rotación y el de traslación. Pero no se atrevió a publicar esta obra en vida por miedo a as represalias de la Iglesia Católica. A su muerte, su discípulo y amigo Rheticus (que era protestante) se encargó de la impresión y edición de esta magna obra. Nuestros lectores pueden encontrar fácilmente en otros textos la historia astronómica detallada de Nicolás Copérnico.
Para este artículo nos hemos apoyado en las siguientes referencias:
Barrows Dunham. Héroes y Herejes a Partir del Renacimiento. Editorial Seix Barral, Barcelona 1968.
Agustí Bachs. Nicolás Copérnico. Historia y Vida. Extra 28. 1983.