Francisco de Goya fue Pintor de Cámara de los reyes Carlos IV y Fernando VII de España. Dejó tras de si una inmensa obra de pinturas al óleo, grabados y aguafuertes entre otras técnicas. Murió a los 82 años de edad tras una muy larga vida para la época. Pero esta longevidad estuvo marcada por una salud renqueante. Su historial médico y las causas de su muerte han sido objeto de múltiples estudios. Entre las enfermedades que parecen más o menos probadas se incluyen el sarampión (tal vez causa de su sordera), el tifus y la depresión. Se quejaba habitualmente de nauseas, mareos y sensación de malestar. Hay quien achaca todos estos males a una intoxicación por plomo, producto contenido en las pinturas que utilizaba Goya.
Con todo esto, Goya tenía una muy mala opinión de los médicos a los que tachaba de matasanos y sangradores. Esta opinión estaba muy generalizada en la época, tiempos en los que la medicina científica todavía no se había desarrollado en España. Goya dejó gráficamente establecida su opinión sobre los médicos en una de sus obras, un aguafuerte titulado ¿De Que Mal Morirá? En él podemos ver a un médico, representado por un asno, a la cabecera de un enfermo. El asno está elegantemente vestido como corresponde a un galeno de categoría, que en su pezuña, con la que toma el pulso a su paciente se aprecia una gran sortija como era costumbre en esto profesionales. No cabe una expresión gráfica más clara de cual era la opinión del pintor sobre los médicos. Esta obra que comentamos, es parte de la serie de Caprichos, concretamente el número 40 como figura en la esquina superior derecha de la obra, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.
Pero hay una excepción a lo opinado sobre los médicos. Se trata del Dr. Eugenio García Arrieta. Este doctor trató Goya en una circunstancia en la que Goya se encontraba gravemente enfermo. No tenemos datos ciertos sobre cual fue la naturaleza de esta enfermedad concreta. Pero Goya nos dejó un cuadro como recuerdo. Se trata de la obra titulada Goya Atendido por Arrieta. Es un óleo sobre lienzo, de 117 X 79 centímetros, que se conserva en el Minneapolis Institute of Arts. En el cuadro podemos ver a Goya en situación de gran sufrimiento y tras él al Dr. Arrieta sosteniéndole y en actitud de suministrarle alguna medicación contenida en un vaso. El agradecimiento del pintor hacia su médico queda reflejado en la dedicatoria escrita por su propia mano en la parte inferior del cuadro: Goya agradecido a su amigo Arrieta por el acierto y esmero con que le salvó la vida en su aguda y peligrosa enfermedad, padecida a fines del año 1819, a los setenta y tres años de su edad. Lo pinto en 1820. Goya regaló este cuadro a su médico.
Poco sabemos sobre el Dr. Eugenio García Arrieta. Parece que nació en Cuellar, provincia de Segovia, el 15 de noviembre de 1770. Ejerció la medicina en Madrid con notable éxito consiguiendo una distinguida clientela. Era hermano de Agustín García Arrieta, primer director de la Biblioteca de la Universidad de Madrid. Algún tiempo después de haber tratado a Goya fue comisionado por el gobierno español para estudiar la peste que se había declarado en el norte de Africa. Parece que fue en ese continente donde finalmente murió.
Goya sobrevivió a Arrieta varios años. En 1824 pide licencia al rey Fernando VII para trasladarse a Burdeos para tomar las aguas en los balnearios de Plombiers y Bagneres. La salud del pintor empeora gradualmente y finalmente muere en esta ciudad francesa el 16 de abril de 1828. Pero eso ya es otra historia.
Para realizar este artículo nos hemos apoyado en la siguiente bibliografía:
Philip A.Mackowiak. Diagnosing Giants. Oxford University Press, 2013.
Pierre Gassier y Juliet Wilson. Exilio y Muerte de Goya. Historia y Vida, nº 85, Abril 1975.
Laura L. Casey. Goya: In Sickness And In Health. International Journal of Surgery, 2006, 4: 66 – 72
Helle Mathiasen. Empathic Art: Goya and Dr. Arrieta. American Journal of Medicine. Vol. 121. nº 4. April 2008.
Francisco Peña. Goya y su Médico el Dr. García Arrieta. Arte y Medicina blog. Noviembre 2017.