EL DR. BALMIS Y LA EXPEDICION QUE LLEVO LA VACUNA DE LA VIRUELA A AMERICA

Esta es la historia de un pequeño grupo de españoles, dirigidos por un médico, que a principios del siglo XIX llevaron la recién descubierta vacuna de la viruela a América y Filipinas. Con los medios primitivos de que disponían pero con una gran fe en su misión fueron pioneros en el control de esta grave enfermedad a nivel mundial. Se trata de una verdadera epopeya atravesando océanos, selvas y desiertos, pasando todo tipo de calamidades y sin esperar ninguna recompensa. Algunos perdieron la vida y solo uno pudo regresar a su patria.

Lo contamos porque no es fácil encontrar este episodio reflejado en los los de historia, más interesados en las guerras y las batallas.

LA TERRIBLE ENFERMEDAD DE LA VIRUELA

La viruela es una enfermedad infecciosa transmisible que se manifiesta de forma epidémica. En occidente tenemos testimonios desde la Edad Media. Parece que en esta época era una enfermedad no muy común y que afectaba principalmente a niños. Es a partir del siglo XVII cuando aparece en los informes como una enfermedad mas virulenta y con tasas de mortalidad elevadas. Tenemos testimonios de epidemias de viruela en Londres en el siglo XVII con 1500 fallecidos y en Berlin en el siglo XVIII con más de siete mil muertos. En España, en el siglo XVIII se informa de una mortalidad por viruelas del 40% de los afectados. Era, pues, un enfermedad terrible.

En la América pre colombina la viruela era desconocida al igual que muchas otras infecciones transmisibles. Los primeros colonizadores españoles llevaron consigo la viruela y contagiaron a los indígenas. Muchos de los colonizadores habían pasado la enfermedad y eran inmunes pero entre los indios americanos provocó verdaderos estragos y diezmó las poblaciones de forma significativa. Tenemos el testimonio del padre Bartolomé de las Casas en 1518 en el que manifiesta que en la isla La Española la epidemia de viruela produjo una enorme mortandad y solo sobrevivieron un millar de indios. En 1802, en Santa Fe de Bogota, una epidemia de viruela duró dos años falleciendo el 13% de los afectados. Las autoridades coloniales pedían ayuda al gobierno de España. La gravedad de la situación y el miedo de la población a esta terrible enfermedad, dieron lugar a que falsos médicos, curanderos y chamanes utilizasen remedios inútiles e incluso perniciosos.

LA VACUNA

Antes de descubrirse una vacuna contra la viruela ya era conocida una circunstancia esclarecedora: aquellos individuos que habían sobrevivido a la enfermedad no la volvían a contraer en una nueva epidemia, es decir que quedaban inmunes.

LOS PRIMEROS INTENTOS

Esto llevó a varios intentos de vacunación. Parece que ya de antiguo se intentó en países orientales y el el siglo XVII se realizaba de forma habitual en el imperio otomano. Se realizaba tomando con una aguja un poco de líquido de una pústula variolosa e inyectándolo en la piel del individuo a vacunar. Esta técnica se aplicó de forma intermitente en varios países europeos pero no fue hasta 1721 cuando lady Montagu, esposa del embajador británico en Estambul, a su regreso a Inglaterra inoculó a sus hijos con esta técnica, al parecer con buenos resultados. Muchos miembros de la nobleza británica se apuntaron a este método y la vacunación conoció cierta popularidad. Aun así no estaba exenta de riesgos, pues fácilmente podía provocar la enfermedad en lugar de la inmunidad. La comunidad científica rechazó esta medida e incluso el Parlamento Británico prohibió esta práctica. Pero de alguna forma pasó a las posesiones inglesas de América y de allí a algunos países de la América hispana.

EL DR. EDWARD JENNER

No fue hasta 1796 cuando el Dr. Edward Jenner, un médico rural inglés, se dio cuenta de algo que sería trascendental para el desarrollo en una vacuna contra la viruela, vacuna eficaz, inocua y fácil de conseguir y de administrar. Jenner observó que las jóvenes que trabajaban en granjas ordeñando vacas, contagiaban sus manos con la variedad de viruela vacuna. Esta variedad de viruela producía una leve enfermedad local en el ganado pero era inocua para el ser humano. Pero

EL NIÑO JAMES PHIPPS RECIBE LA PRIMERA VACUNA DEL DR. JENNER

lo fundamental de esta hallazgo es que estas jóvenes quedaban inmunizadas contra la viruela y no la contraían en sucesivas epidemias. Era así posible obtener una muestra de viruela vacuna e inmunizar sin riesgo a la población. Así surge el nombre de vacuna, por obtenerse de la vaca. Por extensión el nombre se aplica a todas las inmunizaciones.

Pero el hallazgo del Dr. Jenner no fue aceptado por la comunidad médica de Inglaterra. Jenner escribió un informe de 70 páginas pero la Royal Society, la institución científica más importante del país, se negó a publicarlo por considerarlo intrascendente. Jenner lo publicó por su cuenta con gran éxito. Fue traducido a todos los idiomas europeos, excepto el español. Por su simplicidad e inocuidad, la vacuna del Dr. Jenner se extendió por todo el mundo.

Solo había un problema. En aquellos tiempos no existía una forma de transportar la vacuna de forma eficaz. Había que obtener la muestra de pus vacuno directamente del animal o de alguna persona infectada. También se intentó transportar el pus entre dos cristales para regenerarlo más adelante disolviéndolo en agua pero no siempre se obtenía un producto eficaz.

EL DR. BALMIS

Francisco Xavier Balmis nace en Alicante el 2 de diciembre de 1759. Su abuelo, padre y tíos estaban dedicados a la cirugía, en el concepto de cirujano que se tenía en aquellos tiempos, como una profesión separada de la de médico. Por ejemplo, un tío y su cuñado pertenecían al gremio de sangradores, barberos y cirujanos

El joven Balmis estudia latín, humanidades y filosofía, exigencia previa para aspirar a convertirse en cirujano latino, profesión a la que aspiraba.

A los 17 años ingresa como practicante en el Hospital Militar de Alicante. Embarca como cirujano militar en la expedición para la toma de Argel, al mando del general O´Reilly. La expedición fracasa pues aunque consiguen tomar la ciudad no son capaces de mantenerse por falta de apoyo que no llega.

Regresa a Alicante y en 1777, tras realizar el examen correspondiente, es autorizado

E DR. FRANCISO XAVIER BALMIS

para ejercer el arte de sangrar, sajar, echar ventosas y sanguijuelas, y sacar dientes y muelas. En 1778 se examina en el Tribunal del Protomedicato de Valencia y obtiene el título de cirujano.

En 1779 ingresa en el cuerpo de Sanidad Militar y es destinado a México. Ejerce en el Hospital Militar Amor de Dios de la capital mexicana y dedica parte de su tiempo a estudiar la botánica de las plantas medicinales. En 1790 ya está de vuelta en España.

LA REAL EXPEDICION FILANTROPICA DE LA VACUNA

LA IDEA

En 1803 el Dr. Balmis comienza las gestiones para organizar una expedición con la que llevar la vacuna contra la viruela a tierras de América. Bien conocía Balmis la situación por su experiencia como médico en México.

El concepto de filantropía se deriva de la influencia de la Ilustración en España y su visión moderna y laica de la sociedad. La enfermedad es considerada como un fenómeno natural y no como un castigo divino por criterios religiosos. Su solución era una obligación social basada en el humanitarismo y la solidaridad y no por la caridad. Estos nuevos valores fueron determinantes para impulsar esta expedición que, tal vez por primera vez, no tenía un propósito económico y comercial para obtener riquezas del Nuevo Mundo, como el oro y la plata sobre todo.

En cualquier caso, fue la Real Orden de Carlos IV del 6 de junio de 1803 la que dispone que se organice una expedición científica para llevar la vacuna contra la viruela a todas posesiones de la Corona Española en América y Filipinas..

LA FINANCIACIÓN DEL PROYECTO

Al principio se pensó en organizar la expedición por medio de voluntarios no remunerados, como expresión de la filantropía. Pero la complejidad del proyecto obligó a cambiar la idea por un concepto más práctico y bien financiado. Esta financiación correría a cargo de la Real Hacienda, que se haría cargo de los sueldos, fletes manutención y equipamiento. Se buscó un barco con características más de rapidez que de comodidad fletándose finalmente la corbeta María Pita.

También habrían de contribuir a la financiación de esta empresa las Administraciones de los territorios americanos en incluso la Iglesia por medio de sus diezmos eclesiásticos, como expresión de la caridad que se les daba por supuesta.

COMO SE ORGANIZA LA EXPEDICION

El cuadro médico quedó formado con un director, el propio Dr. Balmis, y un subdirector, el Dr. José Salvany, médico militar catalán, afincado en Madrid donde sirvió como médico del Real Cuerpo de la Guardia Valona. Además la expedición incorporaba a otros dos cirujanos, tres enfermeros y dos practicantes, uno de ellos sobrino del Dr. Balmis.

Un problema a resolver era como trasportar la vacuna. Un método era trasportar el líquido vacunal entre dos cristales. Era un método conocido. pero poco práctico. Se pensó en llevar ganado infectado como portador de la vacuna, pero el problema logístico era importante. Por fin se decidió llevar el líquido vacunal en personas vivas infectadas en un brazo por la viruela vacuna y pasarlo de brazo en brazo para mantenerlo activo. Para ello se utilizarían 22 niños, cuatro de la Casa de Desamparados y Expósitos de Madrid y el resto de la Casa de Expósitos de La Coruña, ciudad de la que finalmente partiría la expedición. Ha llegado hasta nosotros el nombre de cada uno de estos niños.

La rectora de La Casa de Expósitos de La Coruña, acompañaría a los niños y sería responsable de su cuidado tanto durante el viaje como durante su estancia en América. Su dedicación fue fundamental para el éxito de la expedición pues todo dependía de la buena salud de estos niños portadores de la vacuna. El nombre de esta rectora ha llegado hasta nosotros de forma confusa pues no se puso mucha atención a este detalle, tal vez por considerar que su función era secundaria. Isabel Zendala Gómez, Isabel Gómez Sandalla, e Isabel Cendal son algunos de los nombres con que figura.

LA REAL EXPEDICION FILANTROPICA DE LA VACUNA EN MARCHA

La expedición, a bordo de la corbeta María Pita, sale del puerto de La Coruña el día 30 de noviembre de 1803. El plan es llegar a Caracas y allí dividirse en dos expediciones. Una iría al norte hacia América Central, México y Filipinas y la otra iría hacía el sur a Nueva Granada y el Perú.

Tras diez días de navegación la expedición llega a las islas Canarias, concretamente a Tenerife, el día 9 de diciembre. Aprovechan para vacunar en todas las islas del archipiélago. Abandonan Tenerife el 6 de enero de 1804 con dirección a Puerto Rico a donde llegan el 9 de Febrero. De allí a Caracas a donde llegan el 30 de marzo, día de Viernes Santo. Son muy bien recibidos tanto por las autoridades coloniales como por la sociedad criolla. La vacunación comienza inmediatamente incluyendo a la población indígena. Se adiestra a distintos grupos entre los médicos y sanitarios locales para que sea más fácil llevar la vacuna a zonas del interior y para continuar la inmunización cuando la expedición abandonase Venezuela. Porque a partir de este momento la expedición iba a dividirse como estaba previsto.

UN GRUPO MARCHA AL SUR

El día 8 de mayo de 1804 un grupo al mando del cirujano José Salvany se pone en marcha. Le acompañan un ayudante cirujano, un enfermero, un practicante y cuatro niños. Llegan a Cartagena de Indias donde proceden a vacunar a la población y a adiestrar en la técnica de la vacuna a los sanitarios locales. De Cartagena parten en dirección de Santa Fe (Bogotá) con diez niños más que habían reclutado. El trayecto a través de la selva y atravesando ríos caudalosos es difícil y peligroso pero finalmente llegan a su destino el 17 de diciembre de 1804. Son muy bien recibidos y encuentran mucha ayuda tanto por el Gobierno Colonial como por los eclesiásticos que les facilitan el contacto y la confianza de los indígenas. En los tres meses escasos que permanecen Santa Fe vacunan a más de cincuenta mil personas.

La expedición dirigida por Salvany sigue su camino atravesando selvas, ríos en incluso la cordillera de Los Andes sufriendo toda clase de penalidades y enfermedades. Pero el afán de cumplir su misión les da fuerzas para llegar a Guayaquil, Quito, Lima e incluso a La Paz, ciudad que en aquellos tiempos formaba parte del virreinato de Buenos Aires. Agotado y enfermo el ya delicado de salud José Salvany, fallece en la ciudad de Cochabamba en día 21 de julio de 1810. Fueron seis años de durísimo esfuerzo en condiciones adversas en los que llevaron la vacuna contra la viruela a un extenso territorio. Sin arredrarse por esta grave pérdida, sus colaboradores continuaron la misión y llevaron la vacuna a Chile.

OTRO GRUPO MARCHA AL NORTE

El mismo día en que el grupo de Salvany sale rumbo al sur, el Dr. Balmis y su expedición salen rumbo al norte. El grupo lo componen además de Balmis, un ayudante, un practicante, dos enfermeros y los niños a cargo de Isabel Sendales. A bordo de la corbeta María Pita llegan a La Habana el 26 de mayo. No permanecerían mucho tiempo en esta ciudad pues comprobaron que la vacunación contra la viruela ya estaba siendo practicada eficientemente por el médico local, el Dr. Tomás Romay usando fluido obtenido directamente de algunos enfermos. El 18 de julio llegan a Yucatán en la costa de México. Allí la expedición de nuevo se desdobla con un grupo que se dirige a Guatemala pasando por Mérida y Chiapas vacunando a su paso. Balmis y su grupo se dirigen a ciudad de México donde vacunan tanto en esta ciudad como en otras ciudades vecinas donde organizan Juntas de Vacunación para continuar las inmunizaciones.

Tras dos meses en México, Balmis organiza el que sería el último trayecto de la expedición que, recordemos, debía visitar todas las posesiones del Rey de España. Su próximo destino eran las Islas Filipinas y el grupo lo componían Balmis, un practicante y un enfermero con 26 niños reclutados en México. Los niños españoles se quedarían en esta ciudad a cargo de su cuidadora, pues se consideraba que habían cumplido su misión con creces.

No es posible fletar un barco exclusivamente para esta expedición y el viaje ha de realizarse en un barco de ruta regular, el navío Magallanes. Salen del puerto de Acapulco el 7 de febrero de 1805 y tras un incómodo viaje llegan a Manila el 15 de abril. Encuentran mucha ayuda del Gobierno Local y de la población en general y la vacunan de forma ordenada en muchas de las islas del archipiélago. Terminada su misión el grupo regresa a México en la nao de trayecto regular a Acapulco. Regresan con todos los niños mexicanos que se reintegran a sus respectivas familias.

Puede decirse que en este regreso finaliza la misión de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna.

EL REGRESO DEL DR. BALMIS

Todos regresaron a México excepto el Dr. Balmis. Balmis había decidido volver por su cuenta a España por otra ruta y completar una vuelta al mundo. De Manila viaja a Macao, colonia portuguesa, el 3 de septiembrede1805, en una navegación difícil y peligrosa por los huracanes y los piratas. Aprovecha su estancia en esta ciudad para vacunar junto a los sanitarios locales. En febrero de 1806 toma un barco de la ruta Macao a Lisboa con escala en la isla de Santa Elena.

LA RUTA COMPLETA DE LA EXPEDICION

Llega a la capital portuguesa el 14 de agosto de 1806.

Balmis se encuentra que en ese momento España y Portugal estaban en guerra pero consigue llegar a Galicia en una pequeña embarcación. El día 7 de septiembre de 1806 llega a Madrid y besa la mano del Rey Carlos IV dando por finalizada la Expedición..

LO QUE QUEDA DE TODO ESTO

La Expedición Filantrópica de la Vacuna fue el primer intento de llevar una campaña sanitaria a nivel mundial. El éxito fue extraordinario. La Expedición administró directamente mas de dos millones de vacunas y dejó implantada una red de Juntas de Vacunación, cuyos resultados eran controlados por las cartillas de vacunación , que continuaron de forma permanente la lucha contra la viruela en el muy extenso territorio administrado por España. Hay que reconocer el protagonismo y el mérito de la expedición del Dr. Balmis en la lucha contra esta terrible enfermedad. En 1979 se daría el último caso de viruela en el mundo y en 1980 la Organización Mundial de la Salud declaró que la viruela había sido erradicada en todo el mundo. Podemos decir que todo empezó con la expedición del Dr. Balmis.

En cuanto al Dr. Francisco Xavier Balmis, regresó a España después de completar su misión y dar la vuelta al mundo. Fue el único miembro de la expedición inicial que regresó a su patria. Los demás que quedaron en América. Unos fallecieron como el Dr. Salvany. Otros hicieron de América su nueva patria. Otros intentaron regresar pero el comienzo de las guerras de independencia de las colonias hicieron el viaje imposible. Todos los niños y su cuidadora se quedaron allí.

El Dr. Balmis tuvo algunos problemas cuando llegó a España en 1806, con la invasión napoleónica en marcha. Simpatizante del Rey José I, fue claramente un afrancesado. Cuando los ejércitos franceses fueron derrotados y abandonan España, Balmis fue duramente represaliado y sus bienes confiscados, teniendo que abandonar Madrid y marchar primero Sevilla y después a Cádiz.

Finalmente se levantaron las sanciones y en 1810 regresa a México como comisionado para evaluar los resultados dela vacunación. Como médico militar participa en la guerra contra los insurrectos en las batallas libradas en las ciudades mexicanas de Valladolid y Jalapa. Regresa a España en 1812.

Durante sus últimos años, el Dr. Balmis fue reconocido y apreciado por sus colegas, Fue nombrado vocal de la Junta Superior Gubernativa de Cirugía y miembro de la Academia Médica Matritense.

El Dr. Francisco Xavier Balmis fallece en Madrid el día 12 de febrero de 1819. . .

Para realizar este artículo nos hemos ayudado de las siguientes referencias:

Emilio Balaguer, Rosa Ballester, Emilio Soler y otros. Balmis Contra La Viruela. Ejemplar Monográfico de la Revista Cancelobre. Nº 57, 2010 – 2011. Editado por la Diputación de Alicante.

José Manuel Sánchez Ron. El País de los Sueños Perdidos. Editorial Taurus, 2020.

William H. McNeill. Plagas y Pueblos. Editorial Siglo XXI, 2016

Historia Social y Económica de España y América, Volumen V.. Dirigida por J. Vicens Vives. Ediciones Vives Bolsillo, 1972

Nuestros lectores pueden consultar el artículo Los Médicos en España en el Siglo XIX, editado en eta web en el apartado Práctica Médica en la Historia.

 

 

 

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