Siddartha Gautama, fue un príncipe de la casta de los nobles satriya, que gobernaba la república aristocrática de los sakya en la actual región fronteriza entre India y Nepal. Los datos de que disponemos sobre sus primeros años son leyenda ya que no hay nada escrito de aquella época. La fecha de su nacimiento es incierta y la de su muerte algo más segura y se cifra alrededor del año 480 A.C. A los 29 años de edad decide prescindir de su acomodada vida principesca, abandona su hogar, a su esposa y su hijo para convertirse en un monje mendicante para buscar la liberación definitiva. Todo lo existente es sufrimiento por lo que su liberación se entendía como encontrar un estado en el que el sufrimiento dejaría de existir. Esto lo había de conseguir mediante una vida ascética dedicada a la meditación. No es este el lugar para entrar en detalle en esta doctrina pero, según la leyenda, un día en que estaba sentado debajo de un árbol en profunda meditación a la orilla del río Neranjará alcanzó súbitamente la contemplación de la verdad. Era el camino de la liberación, la eliminación de todo deseo y sufrimiento, es decir el nirvana (que quiere decir extinción). Así Gautama se convirtió en Buda, es decir en iluminado.
Noticia escrita sobre la vida de Buda no aparece hasta más de doscientos años después de su muerte. Por eso es difícil estar seguro sobre la exactitud de los datos de su biografía. Es entonces cuando se recopilan sus enseñanzas en un canon, el canon Pali por estar escrito en el idioma pali que es el que hablaba Buda. Posteriormente se escribieron otros cánones, en lengua china y en sánscrito. No todos estos documentos coinciden pero contienen la única información de que disponemos.
Por estos escritos sabemos algo de la salud de Buda. Sabemos que al comienzo de su vida ascética practicó un ayuno extremo para eliminar todo deseo. Según parece este periodo de ayuno duró seis años. En este tiempo, según la leyenda, lo único que comía cada día era una sola baya, una sola semilla de sésamo y un solo grano de arroz. Esta dieta tan severa llevó a un estado de desnutrición que casi le causa la muerte. No sabemos cómo afectó este ayuno a su salud en el futuro. Poco sabemos sobre la salud de Buda. Probablemente sufría de algún tipo de anquilosis de la columna vertebral pues en el canon Pali se dice que para mirar hacia atrás, Buda tenía que darse la vuelta como hacen los elefantes. También sabemos que murió a la edad de 80 años de una disentería, una gastroenteritis aguda después de tomar un alimento envenenado o en malas condiciones.
Todos estos escritos contenidos en el canon, nos permiten saber una cosa: Buda tuvo un médico que le acompaño y atendió gratuitamente durante toda su vida. Se llamaba Jivaka Komarabhacca. Su historia la conocemos a través del Mahavagga, que es un escrito contenido en la primera parte del más antiguo canon Pali.
Jivaka nació en la ciudad de Rajagaha y fue abandonado de niño. Pero fue adoptado por el rey Bimbisara en cuya corte se crió. Fue este rey quien le puso el nombre de Jivaka, que significa el que vive y Komarabhacca que significa criado por un príncipe. Estudió en la escuela de medicina de Taxila, ciudad que no existe en la actualidad, dentro de la tradición de la medicina Ayurveda (del sánscrito ayur que significa vida y veda que significa conocimiento). Estudió los tratados conocidos como Caraka (cuyo autor fue el principal maestro de Jivaka) y Susruta.
Después de siete años de estudios superó brillantemente los exámenes finales y ya pudo dedicarse al ejercicio de lla medicina. Inicialmente se dedicó al cuidado de varias comunidades monásticas alcanzando una gran reputación que le llevó a ser conocido como “el gran rey de los médicos”.
La medicina Ayurvédica figura en los Vedas, texto religioso Hindú que se remonta al año 3000 A.C. Se basa en el conocimiento de tres humores, el aire la flema y la bilis. Sus equivalentes somáticos con el viento, el agua y el fuego. Un cuarto elemento, la tierra, se considera inerte. El tratado Caraka contiene descripciones de la medicina ayurvédica mezcladas con conceptos religiosos y filosóficos pero también muchas descripciones de procesos médicos. El tratado Susruta contiene procesos médicos y quirúrgicos, con secciones dedicadas a la anatomía, plantas medicinales así como instrumentos e intervenciones quirúrgicas. Estamos hablando de tratados escritos en la sexta centuria A.C. Algunos autores han destacado la similitud de algunos conceptos con la medicina de Grecia de la misma época, tanto en conocimientos anatómicos, en la fisiopatología de la teoría humoral, en la farmacopea y en la adopción de tratamientos empíricos. Estas coincidencias han hecho pensar en la influencia recíproca de ambas culturas, ya demostrada en otros ámbitos.
Los tratados ayurvédicos incluyen descripciones de operaciones quirúrgicas como la rinoplastia, la reparación de hernias y la laparotomía (cirugía abdominal). Se describen asimismo 122 instrumentos quirúrgicos distintos. En esta ambiente se educó Jivaka que nos ha dejado a descripción de dos de las operaciones realizadas por él mismo. La primera es, nada menos, que una operación craneal: “incisión en la piel, abertura del cráneo por una de sus suturas, extracción de dos criaturas vivas y cierre de la herida.” La segunda operación es sobre la cavidad abdominal y resolución de un vólvulo intestinal. Cuanto hay de verdad en todo esto, es imposible de concretar. Jivaka nos deja la descripción de otros tres casos en los que utilizó una mezcla de manteca y leche de búfala como emoliente para tratar la cefalea e incluso la ictericia. Uno de sus pacientes descritos es el propio Buda que en una ocasión tuvo que ser tratado por Jivaka con un purgante a base de flores de loto mezcladas con otros compuestos.
Sobre las causas de la muerte de Buda nos tenemos que atener a lo escrito en el canon Pali. Buda sufrió un episodio de intenso dolor (no se especifica donde pero se supone que en el abdomen) y diarrea con sangre. Seguramente se trataba de una disentería a consecuencia de alimentos en mal estado. No hay mención escrita de que Jivaka le atendiese en este momento pero todo hace suponer que si lo hizo.
Para escribir este artículo nos hemos apoyado en los siguientes textos:
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Philip A. Mackowiak. Diagnosing Giants. Oxford University Press, 2013
Thomas SN Chen, Peter SY Chen. Jivaka, physician to the Buddha. Journal of Medical Biography, 2002; 10: 88-91.
Hans Küng. El Cristianismo y las Grandes Religiones. Círculo de Lectores 1993.
Los Vedas. Lirería Bergua, Madrid 1935.