GRIPE, PANDEMIA Y VACUNA

EPIDEMIAS Y PANDEMIAS

Las epidemias son enfermedades transmisibles que afectan por contagio a muchos individuos que comparten un espacio geográfico determinado. Cuando este espacio se expande a grandes zonas o incluso a todo el mundo, la epidemia se denomina pandemia. Una pandemia no es más que una epidemia que se ha extendido sin control por todo o casi todo el mundo.

Las epidemias han existido desde que existen los seres vivos, tanto animales como vegetales. Y ello es así porque los protagonistas de las enfermedades transmisibles (contagiosas) son parte de la vida misma. Las bacterias, virus y parásitos que causan y transmiten estas enfermedades no persiguen mas que sobrevivir y reproducirse. Para ello buscan el lugar adecuado (lo llamamos huésped) donde anidar y seguir viviendo. Su intención no es causar un mal pero este mal puede producirse si la agresividad del contagio supera la capacidad del huésped para defenderse.

Siempre han existido las epidemias / pandemias. La lepra, la peste, el cólera las encontramos mencionadas en los textos más antiguos. Como no se conocían sus causas, se atribuían a castigo de las diversas deidades a las que había que ofrecer algún tipo de sacrificio para acabar con la enfermedad. Como estas epidemias siempre terminaban calmándose y desapareciendo de forma espontánea, el efecto de los sacrificios a los dioses parecía útil. Ya entonces, de forma empírica, se observó que el aislamiento de los enfermos contribuía a detener la enfermedad. Era la cuarentena o aislamiento durante cuarenta días.

Animales y plantas sufren epidemias. La filoxera de la vid producida por un pulgón, el mosaico del tabaco producido por un virus (por cierto, el primer virus descubierto), la mixomatosis de los conejos producido por otro virus. El hombre, como animal que es, ha participado de este proceso.

Es importante señalar que estos agentes infecciosos son muy selectivos. Pueden afectar a unas plantas o animales y no a otros. Por ejemplo, el plasmodio causante de la malaria (el paludismo) puede infectar a ciertos animales sin provocar la enfermedad (portador asintomático lo llamamos) pero cuando se trasmite a las humanos por medio de un parásito (en mosquito anófeles) produce una enfermedad muy grave.

LA GRIPE

La gripe es una enfermedad infecciosa transmisible producida por un virus. Lo del virus los conocemos desde hace poco pero las epidemias de gripe son conocidas desde antiguo. Lo sabemos porque hay descripciones características de esta enfermedad en textos médicos y literarios de la antigüedad. En 1875 se habían contabilizado 94 epidemias de gripe a lo largo de la historia. De ellas por lo menos 15 podían ser consideradas pandemias por haberse extendido por Europa y Asia. Hablamos de datos históricos más o menos documentados por lo que en realidad el número podría ser mucho mayor. En España también ha aparecido la gripe como epidemia en varias épocas históricas. Recordemos la de 1598 que sufrió el Rey Felipe II. El monarca superó la enfermedad después de sufrir graves síntomas, pero su esposa la Reina Ana De Austria, no pudo superarla falleciendo víctima de esta epidemia.

Fue en el siglo XVIII cuando esta enfermedad adquiere el nombre con la que la conocemos. Parece que la palabra gripe viene del alemán greifen que quiere decir coger o agarrar. En algunos países anglosajones se popularizó más el término italiano de influenza, pues se creía que su causa podía ser la influencia de algunos seres astrales.

LA GRAN GRIPE MODERNA, LA GRIPE ESPAÑOLA

En la primavera de 1918, en plena Primera Guerra Mundial, aparece una gripe que se extiende por toda Europa y América. En España la gripe afecta a gran parte de la población incluyendo a personajes conocidos como Pablo Iglesias, Maura, Dato, y Cambó. Y también el Rey Alfonso XIII. Esta noticia de la enfermedad Real se extendió rápidamente por el mundo por lo que la epidemia fue llamada gripe española. En realidad la enfermedad llegó a España desde Francia y Europa central, que estaban sumidas en un tremendo conflicto bélico (la Primera Guerra Mundial). Las noticias de la guerra eran más importantes y dejaban en un segundo plano las de la gripe. En España, país no involucrado en la contienda, las noticias de la gripe alcanzaron más notoriedad y de ahí que esta epidemia se conociese como gripe española.

No se conocía su causa. De hecho no se conocía la existencia de los virus. Por ello los tratamientos eran sintomáticos y a veces pintorescos. Lavativas desinfectantes, fumigaciones, sahumerios, agua del carmen del convento de las carmelitas de Tarragona. Incluimos en este artículo un anuncio curioso de unos de los remedios vendidos en las farmacias de España para el tratamiento de esta gripe.

La medicina científica procedió de manera más sensata. Se cerraron los centros de enseñanza y se prohibieron las aglomeraciones. Se cerró la frontera con Francia. Higiene de la nariz, boca y garganta con agua de tomillo. Reposo en cama, salicilatos, sulfato de quinina para la fiebre, dieta láctea y balneoterapia. En casos graves con bronconeumonía, se administraba suero anti diftérico. Era un tratamiento empírico pues aunque no se conocía la causa, se admitía que era una infección y ya se tenía experiencia con las epidemias de difteria.

Aun sin conocer la causa de la epidemia los médicos aplicaron medidas propias de toda epidemia. Es interesante ver como se aplicaron controles que hoy nos resultan familiares como el aislamiento (evitar aglomeraciones y cerrar locales donde se pudiesen producir como los centros de enseñanza) y la utilización de mascarillas para evitar el contagio aéreo.

LA GRIPE Y LA GUERRA

En 1918 la gripe también ataca en los Estados Unidos pero inicialmente no se le da demasiada importancia pues ya conocía esta enfermedad que generalmente causaba síntomas leves y los pacientes curaban en pocos días. Pero esta gripe era distinta. En el campamento militar de Camp Devens, cerca de Boston, la gripe afecta a muchos soldados. Soldados que estaban preparados para viajar a Europa y participar en la Primera Guerra Mundial. En septiembre más de doce mi reclutas y oficiales han caído enfermos. Además, los síntomas iniciales habituales en la gripe, cefalea, fiebre, dolores musculares, evolucionan en muchos casos a neumonías severas que causan gran mortandad. En un solo días mueren mas de 60 militares. Se estudian los diferentes tejidos obtenidos mediante autopsias pero no se encuentra, como se esperaba, un germen causante. Se sabía que las infecciones las causaban las bacterias por lo que esperaban encontrar alguna. La llamada gripe española causa 20 millones de muertes en los Estados Unidos. Mueren más americanos por esta gripe que las bajas durante la guerra mundial. No hay buenas estadísticas de los fallecimientos en el resto del mundo pero pueden superar los 40 millones.

LA INVESTIGACION DA RESULTADOS

En 1931 un investigador del Instituto Rockefeller de Nueva York, Richard Shope, estudia la gripe en el animal de experimentación y comprueba que un ultrafiltrado de secreciones de la faringe de estos animales pueden propagar la enfermedad a otros animales. Este utrafiltrado, libre de bacterias, es el primer indicio de otro agente infeccioso hasta entonces desconocido, el virus. La gripe no era un problema en estos momentos y este hallazgo quedó en eso mismo, un hallazgo. Tendría que pasar una década hasta que la invención del microscopio electrónico permitiera ver físicamente a un virus.

POR FIN UN VIRUS DE LA GRIPE

Un personaje importante en esta historia es el Dr. Thomas Francis, que estudia medicina en la Universidad de Yale y que en 1928 se traslada al Instituto Rockefeller donde permanecería durante diez años. Francis es el primero en aislar el virus de la influenza (la gripe) humana. Poco después encuentra otro virus de la influenza en otro brote, pero aunque ambos virus no eran iguales, tenían características comunes como el producir inmunidad cruzada. Agrupó ambos virus y los denominó virus de la influenza humana tipo A. En 1929 Francis estudia otro caso de gripe y aísla un virus distinto al anterior. Lo llama virus de la influenza tipo B. Este hallazgo sorprende a la comunidad científica pues es la primera vez que se demuestra que una misma enfermedad puede ser causada por distintos agentes. Otras enfermedades víricas como la rabia o la viruela eran causadas siempre por el mismo virus que, además, producía inmunidad permanente. En el caso de la gripe, el hallazgo de varios virus causantes explicaba el porqué no producía inmunidad permanente pues en cada epidemia el virus causante podía ser distinto..

Al completar su estancia en el Instituto Rockefeller, el Dr. Thomas Francis es nombrado jefe del departamento de microbiología de la Universidad de Nueva York. Es en este tiempo cuando se incorpora a su servicio un joven médico, formado como internista en el hospital Monte Sinaí, y que tenía interés en la microbiología. Era el Dr. Jonas Salk, el futuro descubridor de la vacuna contra la gripe.

DE NUEVO LA GRIPE Y LA GUERRA

En 1942 el ejército de los Estados Unidos estaba preparándose para intervenir en la Segunda Guerra Mundial que había comenzado en Europa en 1939. El Secretario de Defensa, Henry Stimson, recordando la experiencia de la Primera Guerra Mundial pide al Dr. Thomas Francis la elaboración de un vacuna contra la gripe. El Dr. Francis, se había trasladado la Universidad de Michigan y con él también se había trasladado su discípulo Jonas Salk. Francis estaba demasiado ocupado en tareas académicas y pide al Dr. Salk que se encargue de la vacuna. A todo esto, una epidemia de gripe, mas leve que la de 1918, se estaba extendiendo por todo el país. Era un buen momento para ensayar una posible vacuna.

El primer problema era obtener suficientes cantidades del virus para producir una vacuna. Los virus no pueden cultivarse en los medios ordinarios como las bacterias, necesitan crecer en tejidos vivos. En 1931 el patólogo Ernest Goodpasture había desarrollado una técnica par cultivar virus en embriones de pollo. Con esta técnica poco después de elaboró la primera vacuna contra la fiebre amarilla. A continuación se desarrollaron otras dos vacunas víricas, la de la viruela y la de la rabia. El Dr. Salk mejoró esta técnica de cultivo para obtener más virus y en menos tiempo. Y posteriormente consiguió inactivar en el laboratorio el virus de la gripe de una epidemia anterior mediante un proceso químico. Esto constituía la base teórica de una vacuna.

En el verano de 1943 se produce un brote epidémico en un cuartel Fort Custer en Michigan donde miles de soldados estaban listos para trasladarse a Europa y entrar en combate. Salk consigue muestras de estos enfermos y aísla dos virus distintos del tipo A. Elabora una vacuna con estos dos virus y con una cepa de virus B, todos inactivados. La controversia surge ¿pueden los virus inactivados producir inmunidad?

En el invierno de 1943 se realiza la prueba en doce mil soldados. La mitad reciben la vacuna y la otra mitad un placebo. El resultado no ofrece dudas y todos los soldados del ejército de los Estados Unidos, unos ocho millones, son vacunados.

LA VACUNA TIENE QUE SER REINVENTADA EN CADA EPIDEMA

A partir de entonces la vacuna de la gripe se generaliza a nivel mundial. El problema es que cada brote epidémico incluye variantes del virus que producen distinta inmunidad, por lo que todos los años es preciso elaborar nueva vacunas con nuevas variantes del virus.

En general esto no es un problema pues lo brotes episódicos de gripe suelen ser de leve intensidad. Pero ocasionalmente se producen epidemias de gripe más graves. Eso sucedió, por ejemplo, en 1957 con la conocida como gripe asiática, así llamada porque se originó en la provincia china de Yunan, por una mutación de un virus común en los patos silvestres. Esta gripe produjo un millón de muertos en todo el mundo. El virus aislado era una variante del virus de la influenza tipo A (H2N2). En 1968 aparece la llamada gripe de Hong Kong que, según parece, fue traída a los Estados Unidos por los soldados que regresaban de Viet Nam. El virus aislado fue también una variante del tipo A (N3H2). Estas gripes más severas pudieron ser mejor controladas pues ya se disponía de antibióticos y se sabía como fabricar vacunas.

LO QUE NOS ESPERA

A la vista de como evolucionan las distintas variantes y mutaciones del virus de la gripe, hemos de aceptar que de forma periódica, entre los distintos episodios de la gripe estacional leve que aparece todos los años, van a presentarse epidemias de gripe severa producto de una mutación no conocida de virus de la gripe.

Para realizar este artículo nos hemos ayudados de las siguientes referencias:

William H. McNeill. Plagas y Pueblos. Siglo XXI de España Editores. Madrid 1984.

Antonio Padilla Bolivar. La Gripe de 1918. Historia y Vida. Barcelona Marzo 1974.

Charlotte DeCroes Jacobs. Jonas Salk, a Life. Oxford University Press, 2018.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio