LA PRINCESA DE EBOLI ¿DE VERDAD ERA TUERTA?

Doña Ana Mendoza de la Cerda, era mujer de familia ilustre. Como bisnieta del Cardenal González de Mendoza, arzobispo de Toledo, entronca con el Marqués de Santillana origen de esta estirpe. Su padre había sido virrey de Valencia que casó con Ana de la Cerda nieta del Duque de Medinaceli. Su abuelo fue virrey de Nápoles. En 1552, cuando tenía 12 años de edad, se casa con Ruy Gómez de Silva, de 36 años. Ruy Gómez era de origen portugués pues su padre vino a España acompañando a Isabel de Portugal, esposa de Carlos V y madre del Rey Felipe II. Ruy Gómez fue el Valido de Felipe II con el título de Príncipe de Eboli, título que ostentó su esposa Ana y con el que ha pasado a la historia: Princesa de Eboli. El matrimonio no se consumó hasta que la Princesa tuvo 19 años de edad. Su esposo, Ruy Gómez, estuvo fuera de España todos esos años en diversos servicios al rey. El matrimonio tuvo diez hijos. Una de sus hijas, Ana Silva de Mendoza se casaría con el Duque de Medina Sidonia.

En 1573 muere Ruy Gómez y la Princesa queda viuda y joven. No se volvería a casar aunque corrieron rumores de posibles amores con el rey Felipe II y con el secretario de este, Antonio Pérez. Hoy parece demostrado que estos rumores eran falsos.

La Princesa de Eboli fue testigo y actriz de importantes acontecimientos durante el reinado de Felipe II. Nuestros lectores pueden encontrar relato de estos acontecimientos fácilmente en otro lugar. En este sentido la referencias al final de este artículo pueden ser útiles. Nosotros nos vamos a concentrar en la historia del parche en el ojo derecho con el que se le ha representado en los diversos retratos que han llegado hasta nosotros.

¿LA PRINCESA DE EBOLI ERA TUERTA?

Todos los retratos que nos han llegado de la Princesa de Eboli la muestran con un parche en el ojo derecho. Pero todos estos retratos fueron pintados años después de su muerte. Y en vida de la Princesa sus contemporáneos nunca mencionaron este defecto físico. Esto es notable ya que la Eboli tuvo muchos e importantes enemigos que en buena lógica hubiesen utilizado esta lesión para denigrarla. Por este motivo muchos historiadores han dudado de que la Princesa de Eboli realmente fuese tuerta y que, por algún motivo, solo en años posteriores corriese ese rumor y los artistas la representaron como esperaba su público.

De hecho, todos los comentarios de sus contemporáneos describían a la Princesa como muy bella. La Condesa D´Aulnoy, en su célebre libro Viaje por España, relata que vio un retrato de la Princesa de Eboli y no menciona este defecto ocular. Este viaje realizado en 1679, casi cien años después de muerta la Princesa, permitió a la Condesa ver un retrato de la Eboli que le pareció una mujer muy hermosa. La descripción que hace de este cuadro permite a Marañón dudar de que el cuadro fuese realmente de la Princesa. Además, hay autores que dudan que la Condesa D´Aulnoy realizase un viaje por España y que simplemente escribiera su libro después de leer alguno de los muchos relatos que sobre viajes por España se habían publicado en Europa por diversos viajeros.

El hecho es que no fue hasta l siglo XVIII cuando se populariza la especie de que la Princesa era tuerta y aparece con el parche en el ojo en diversos cuadros. Cuadros en los que se la representa con vestimenta propia del siglo XVIII y no con la moda que le correspondía del siglo XVI. Este detalle eliminan a estos cuadros como prueba del defecto de la Princesa.

PARECE QUE SI LO ERA

Pero parece demostrado que la Princesa era tuerta, o bizca, ya que en aquellos tiempos a los bizcos también se les llamaba tuertos. Ha sido en Dr. Gregorio Marañón el que mejor ha investigado el enigma tras el estudio minucioso de los diversos retratos de la Princesa que han llegado hasta nosotros. Existen varios cuadros de la Princesa en la Casa de los Duques del Infantado y en el convento de Pastrana, que fue una fundación de los Príncipes de Eboli.

Los de Pastrana parecen más fidedignos. En uno de ellos, seguramente encargado por su hijo Don Pedro, y pintado unos diez años después de la muerte de la Eboli, aparecen ambos Príncipes y ella ya tenía un parche en el ojo. La proximidad en el tiempo y el ser encargo de un hijo permiten aceptar su autenticidad. Además existe otro retrato de autor anónimo, como el anterior, probablemente también de fecha no muy tardía en el que aparece la Princesa con su parche y con vestimenta propia de su época. En algún cuadro de la Casa del Infantado, el cuidadoso pintor permite apreciar a través de un parche casi transparente, el ojo velado pero entero.

Si, la Princesa de Eboli era tuerta, tal vez por una lesión del ojo derecho, no por pérdida total. No hay información sobre cuando y como ocurrió el accidente que produjo la lesión ocular. Lo más probable es que sucediera en fecha temprana, tal vez poco después de su boda con Ruy Gómez y antes de que se consumara el matrimonio cuando ella tenía 19 años. Y la lesión no condujo a la pérdida del ojo sino a una deformación o veladura, tal vez con pérdida de la visión, pero con una evidente alteración estética. Seguramente sin su parche la Princesa de Eboli nunca hubiera alcanzado la notoriedad que ha tenido.

Referencias:

Lola Aguado. El Misterioso Caso de la Princesa de Eboli. Historia y Vida. Nº 23, Febrero 1970.

Gregorio Marañón. Antonio Pérez. Espasa Calpe, Madrid 2006.

Condesa D´Aulnoy. Viaje por España. Círculo de Lectores. Barcelona 2000.

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