QUE ES UN MEDICO
La medicina y los médicos existen desde que existe la humanidad. El primer hombre que se sintió enfermo acudió a otro hombre que creía que podía curarle. Estos primeros curadores eran brujos, chamanes o magos. Sus formas de tratamientos consistían en encantamientos, ritos contra los malos espíritus y remedios empíricos como el uso del calor, el frío o compuestos de diversas plantas.
Con el paso de los siglos, los curadores, los “médicos”, fueron adquiriendo una formación transmitida por el aprendizaje al lado de algunos maestros de más edad y más experiencia. Pero ninguno de ellos tuvo una educación sistemática y reglada dirigida a su formación precisa como médicos.
Este es el caso de los precursores de la medicina como Hipócrates o Galeno. Durante siglos fueron la guía de los médicos. Pero no aportaron conocimientos que puedan considerarse fundamentales para el camino que llevaría a la medicina moderna. Eso si, crearon el espíritu que desde entonces ha guiado a los médicos: usar sus conocimientos para hacer el bien.
En este artículo vamos a considerar médicos a aquellos profesionales que fueron formados en centros específicamente creados para ese fin, donde la enseñanza estaba a cargo de profesores con experiencia que transmitían sus conocimientos a las siguientes generaciones. Conocimientos basados en la interpretación racional de los hechos observados y, a ser posible, comprobados. Es decir, la educación que ya podíamos llamar científica.
Pero lo que nos interesa en este artículo son aquellos individuos que no fueron médicos pero que tuvieron la ocasión de desarrollar conocimientos y conseguir hallazgos que se incorporaron al desarrollo de la medicina aunque no fuese la intención inicial de sus descubridores. Sobre todo a partir del siglo XVIII, coincidiendo con las nuevas ideas de la Ilustración, aparecen individuos formalmente preparados en disciplinas como la biología, la química, la física o la botánica que lograron descubrimientos que más adelante fueron aprovechados por la medicina.
AMBROSIO PARE, CASI UN MEDICO
Tal vez debamos incluir en este apartado a Ambrosio Pare (1509 – 1590) que nos ofrece un adelanto de lo que iba a ser la cirugía del futuro. Era un cirujano barbero o de toga corta (los de toga larga eran los que habían recibido educación médica) pero de alguna manera consiguió entrar, como aprendiz, en el Hôtel Dieu de París, el centro médico más importante de Francia. Adquirió experiencia aunque no una titulación académica. Entró en el ejército francés de Francisco I como cirujano militar. Consiguió un gran renombre por su método de tratamiento de las heridas de guerra, método que de alguna manera fue seguido también por los cirujanos modernos, como Lister en Inglaterra y en España Bastos Ansart y Trueta. Hasta el descubrimiento de los antibióticos, el tratamiento de las heridas deben mucho a Ambrosio Pare.
LA BIOLOGIA EN LA ILUSTRCION. LAZARO SPALLANZANI
El primero que encontramos ya en el siglo XVIII es Lázaro Spallanzani (1729 – 1799), Estudia ciencias naturales en Bolonia donde después fue profesor de lógica, matemáticas y griego. Se ordenó sacerdote en 1757. Esto era frecuente en aquellos tiempos pues casi siempre se exigía estar ordenado para poder enseñar en una Universidad. Inclinado a las ciencias, enseñó física en Módena e historia natural (ciencias) en Pavia. Prototipo del biólogo experimental, realizó interesantes estudios sobre la generación de los seres vivos, el proceso de la digestión, los mecanismos de la circulación sanguínea y el fenómeno respiratorio.
LOS PULIDORES DE LENTES Y EL MICROSCOPIO
Muy interesante es el caso del comerciante de paños holandés Antón van Leeuwenhoek (1632 -1723). Aficionado a la óptica se dedicaba a pulir lentes. De forma artesanal construyó un microscopio que fue el precursor de los actuales más modernos. Leeuwenhoek se basó en las lentes de aumento que ya otros habían utilizado en el estudio de la biología, sobre todo Malpigio. Sin ninguna formación en medicina o biología, construyó un instrumento muy superior a todos los realizados hasta entonces.
Su microscopio conseguía más de 300 aumentos, algo extraordinario en su época. Leeuwenhoek llegó a construir unos cuatrocientos de estos instrumentos. Como simple aficionado dedicó más de cincuenta años a observar bajo sus lentes todo lo que encontró en su camino: cristales, rocas, animales y plantas. Fue el primero en describir los infusorios y los espermatozoides. Estudió la estructura del cristalino y la forma y tamaño de los hematíes. También estudió por primera vez bajo el microscopio el músculo estriado, el músculo cardíaco, le epidermis, el hueso, la pared vascular, el encéfalo y la médula espinal.
Como curiosidad mencionaremos que un contemporáneo de Leeuwenhoek y que también vivía en Holanda, el filósofo Baruch Spinoza (1632 – 1677) también se ganaba la vida puliendo lentes por encargo.
LA BOTANICA SE CONVIERTE EN CIENCIA. CARL LINNEO
En un mundo en el que la farmacología todavía estaba por descubrir, muchos de los remedios terapéuticos derivaban de las plantas. De ahí la importancia de la obra de Carl Linneo (1707 – 1778), Este investigador sueco realizó una exhaustiva clasificación taxonómica de todas las plantas conocidas basada en los caracteres sexuales de cada vegetal pues Linneo fue el primero es establecer claramente que las
plantas tienen sexo (algunos consideran que fue John Ray, que vivió entre 1627 y 1705, el primero en considerar la sexualidad de las plantas y que sería el precursor de Linneo). Su clasificación en órdenes, géneros y especies mantiene hasta hoy su actualidad. Así fue posible conocer mejor plantas como la quina, la ipecacuana, la belladona y la digital por mencionar solo unas pocas del gran arsenal terapéutico de la medicina de aquellos años e incluso de los actuales.
LOS COMIENZOS DE LA ELECTRICIDAD
Todavía en el siglo XVIII tenemos al estadounidense Benjamin Franklin (1706 – 1790) que fue el primero en estudiar experimentalmente la electricidad atmosférica (su invento más conocido fue el para rayos). Alessandro Volta (1745 – 1827) fue un químico y físico italiano a quien debemos el descubrimiento del metano y la construcción de la primera pila eléctrica. No es necesario insistir en lo que el descubrimiento de la electricidad por el trabajo de estos investigadores ha supuesto para la ciencia y la medicina. Aquí hemos de incluir a Henry Cavendish (1731 – 1810), el estrafalario investigador inglés que descubre el hidrógeno, que él llamó inicialmente aire inflamable, y el bióxido de carbono. Igualmente describió la composición analítica del agua. Sus extraordinarias aportaciones a la física experimental han llevado a que el laboratorio de física de la Universidad de Cambridge lleve hoy su nombre.
ANTOINE LAVOISIER. LA QUIMICA MODERNA
Aquí vamos a incluir al francés Antoine Lavoisier, que hizo de la química una ciencia racional y exacta. Estudió la carrera de derecho, pero su inclinación a la química le llevó a compaginar la práctica jurídica con el trabajo en el laboratorio. Es considerado el fundador de la química moderna. Propuso el nombre de oxígeno para el gas fundamental en la combustión. También determinó la composición cuantitativa del agua. Su Tratado Elemental de Química tuvo mucho éxito y alcanzó una gran difusión. Desde entonces las fórmulas químicas deben reflejar la verdadera composición de sus compuestos lo que facilitó el progreso de esta ciencia. Hoy nos parece algo normal pero no lo era hasta entonces. Arrastrado por la vorágine de la Revolución Francesa y el régimen del Terror, fue condenado a muerte y guillotinado el 8 de mayo de 1794.
DAGUERRE Y LA FOTOGRAFÍA.
A caballo entre los siglos XVIII y XIX aparece Louis Daguerre (1789 – 1851), Este inventor puso la bases de lo que sería la fotografía moderna, técnica muy utilizada en la investigación médica. Por ejemplo, el médico e investigador español Santiago Ramón y Cajal fue un experto en la fotografía y desarrolló técnicas de revelado de nitrato de plata que tanto usó en sus estudios.
El siglo XIX fue el siglo de los grandes descubrimientos técnicos y científicos, muchos de los cuales fueron aplicados a la medicina aunque inicialmente no siempre tuviesen ese propósito. Desde entonces el desarrollo de la medicina moderna se ha apoyado en los descubrimientos técnicos de otras ciencias. Gran parte de los avances de la medicina del siglo XX son fundamentalmente técnicos más que a descubrimientos propiamente médicos.
PASTEUR, UN QUIMICO DESCUBRE LAS BACTERIAS
Louis Pasteur (1822 – 1895), formado como químico, entró en el mundo de la medicina de una forma casual. Estudiando las propiedades ópticas del alcohol amílico, encontró que este alcohol desempeña un papel importante en la fermentación láctica y que esta era causada por la acción de unos organismos vivos microscópicos. Así fue el descubrimiento de las bacterias, organismos desconocidos hasta entonces. Esto le llevó más adelante al descubrimiento de que el antrax (carbunco) también era causada por otra bacteria. Los hallazgos de Pasteur abrieron un nuevo y fundamental camino en el estudio de la causa de las infecciones. Descubrió que ciertas enfermedades de los animales
como el cólera de las gallinas, la erisipela del cerdo y la neumonía de los bóbidos eran causadas por bacterias. En el ser humano estudió desde el punto de vista bacteriológico la septicemia puerperal, la osteomielitis y la rabia, Muchos fueron los investigadores que, siguiendo los descubrimientos de Pasteur desarrollaron nuevas técnicas para el cultivo de bacterias estableciendo de forma definitiva que todas las infecciones conocidas eran causadas por micro organismos. En su honor se creó el Instituto Pasteur en París, Instituto que el propio Pasteur dirigió durante muchos años. Este centro de investigación todavía permanece activo en la actualidad.
UNOS DESCUBRIMIENTOS FUNAMENTALES. LOS RAYOS Y LA RADIOACTIVIDAD
El siglo XIX sigue siendo muy fructífero en avances científicos y así Wilhelm Roentgen (1845 – 1923) descubre los rayos X que se convirtieron en un elemento fundamental del diagnóstico médico. Casi al mismo tiempo Henri Becquerel (1852 – 1908) descubre la radioactividad. Poco después los esposos Curie, Pierre (1850 – 1906) y Marie (1867 – 1934) consiguen aislar el radio y el polonio.
LA GENETICA COMIENZA CON MENDEL
A mediados del siglo XIX, Gregor Mendel (1822 – 1884), monje Agustino en el monasterio de Brno (República Checa hoy), realiza sus conocidos estudios genéticos cruzando guisantes, obtenidos en el jardín de su monasterio, sentando las bases de la genética. Pero su estudio pasó desapercibido hasta que fue encontrado en 1900 por Hugo de Vries y sus colaboradores. Esta línea, también fue desarrollada por August Weismann (1834 – 1914), profesor de zoología de la Universidad de Friburgo y considerado el padre de la genética moderna,
LAS MOSCAS DE MORGAN
Ya más a caballo de los siglos XIX y XX, encontramos a un investigador cuyos trabajos iban a ser fundamentales para el estudio de las mutaciones genéticas y las enfermedades hereditarias. Se trata de Thomas H. Morgan (1866 – 1945), catedrático de zoología experimental en la Universidad de Columbia en Nueva York. Intentó hacer sus investigaciones usando ratones, pero necesitaba un animal de experimentación con un proceso de reproducción muy rápido para poder visualizar más fácilmente los cambios y mutaciones genéticas. Para ello recurrió a un ingenioso procedimiento. Utilizó a un modesto animal, la pequeña mosca de la fruta, la Drosophila Melanogaster, que podía criar por miles y rápidamente en unas botellas en su propio laboratorio. Además esta mosca tenía un ciclo vital muy corto, apenas diez días desde su nacimiento hasta su madurez reproductiva. De esta manera podía obtener varias generaciones en unas semanas con la consiguiente facilidad de estudiar mutaciones hereditarias muy rápidamente. Esta humilde mosca, que todos hemos podido ver en nuestro domicilio cuando la fruta madura en exceso, se ha convertido desde entonces, aunque parezca mentira, en uno de los animales de experimentación más utilizados en los laboratorios de investigación hasta nuestros días. Por estos trabajos le fue otorgado el Premio Nobel en 1933.
LOS HEROES DEL ADN
Ya en el siglo XX hemos de recordar al profesor estadounidense de química cuántica Linus Pauling (1901 – 1994) que trabajó en el Instituto Tecnológico de California. Estudió la estructura del ADN por medio de cristalografía de rayos X pero no llegó a una conclusión definitiva. Se atascó creyendo que la estructura del ADN tenía que ser una triple hélice. Pero sus estudios llevaron a James Watson, investigador estadounidense que trabajaba en el laboratorio Cavendish de Cambridge y Francis Crick, biólogo inglés, a demostrar por medio del método de difracción de los rayos X, ya
utilizado por Pauling,que la estructura en del ADN era en doble hélice y no de triple hélice. Estos estudios fueron completados con la ayuda de Maurice Wilkins, investigador de Nueva Zelanda que a la sazón trabajaba en el King College de Londres. Por estos hallazgos Watson, Crick y Wilkins recibieron el premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1962. El precursor de sus trabajos, Linus Pauling ya había recibido el Premio Nobel de química en 1944. La investigación de la configuración del ADN es una excelente demostración de como un grupo de científicos de diversas procedencias pueden unir sus esfuerzos y conocimientos para alcanzar unos hallazgos fundamentales que, aplicados a la medicina, han conseguido resultados prácticos muy importantes.
No podemos olvidar en este artículo al investigador francés Jcques Monod. Nacido en Paris en 1910, sufrió una poliomielitis de niño que le dejó con una considerable invalidez en una pierna por lo que necesitaba ayudarse de un elemento ortopédico. Se graduó en ciencias (biología, zoología, química) en la Universidad de la Sorbona en 1931. En 1936 se traslada al Instituto Tecnológico de California donde entra en contacto con la biología molecular, que iba a ser su campo de trabajo durante el resto de su vida. A su regreso a Francia ingresa en el Instituto Pasteur que, con el tiempo, llego a dirigir. Estudió el control genético de la síntesis de las proteínas y descubrió la función del RNA mensajero que por fin explica como se trasmite el mensaje genético. La importancia de sus descubrimientos le valió para recibir el Premio Nobel en 1965. Muere en París, de forma repentina, en 1996.
LO QUE FALTABA. HAN CLONADO UNA OVEJA
En 1996, el biólogo Ian Wilmut y sus colaboradores, del Roslin Institute de Edimburgo, comunican el haber conseguido la clonación de una oveja, la famosa Dolly. Para ello transfirieron la carga genética (el ADN) del núcleo de una célula de una glándula mamaria (es decir una célula no germinal, no reproductiva) de una oveja a un óvulo no fecundado y sin núcleo. Este óvulo fue implantado en el útero de otra oveja (como madre de alquiler) y así nació la oveja Dolly, el primer mamífero obtenido por clonación. Es decir, sin el concurso de células germinales y utilizando el tejido genético (ADN) previamente seleccionado de una célula adulta. Con este método, utilizando siempre el mismo ADN, se pueden (en teoría) crear muchos animales idénticos desde el punto de vista genético..
Este proceso de clonación no fue fácil. Se realizaron 277 intentos antes de conseguir el éxito. La importancia de este experimento es que se demostró que era posible clonar a un mamífero. Anteriormente ya se habían clonado bacterias e incluso algunos anfibios.
PUNTO Y SEGUIDO
Tan solo hemos apuntado una corta nómina de los muchos investigadores que han contribuido, a veces sin saberlo, al avance de la medicina. En el futuro se seguirán produciendo avances en todas las disciplinas científicas. Y muchos de estos hallazgos serán incorporados a la medicina mejorando el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. Dejamos para otro artículo la contribución de la informática, la telemetría y la resonancia nuclear, por poner solo algunos ejemplos, en el progreso de la ciencia médica.
Para realizar este artículo nos hemos ayudado de los siguientes textos:
Pedro Lain Entralgo. Historia de la Medicina Moderna y Contemporánea. Editorial Científico Médica. Madrid 1962.
Brian Inglis. Historia de la Medicina. Ed. Grijalbo. Barcelona 1968.
Bill Bryson. Una Breve Historia de Casi Todo. RBA Editores. Barcelona 2011.
Suzanne Bourgeois. Genesis of the Salk Institute. University of California Press. 2013.
José Manuel Sánchez Ron. El Jardín de Newton. Editorial Crítica. 2002.