NOTA PRELIMINAR: El autor de este artículo no es un filósofo ni un profesor de filosofía. Es un universitario educado en el mundo de la ciencia que, como tantos otros, se ha hecho preguntas que solo tienen respuesta en la filosofía si es que la tienen. Este escrito no pretende ser didáctico. Solo refleja la actitud de un hombre de cultura media al enfrentarse a la filosofía. De hecho, cualquiera de nuestros lectores podría escribir un artículo similar con los matices personales correspondientes.
POR DONDE EMPEZAMOS
Desde muy joven tuve la curiosidad de averiguar para que sirve la filosofía o, dicho de otra manera, que es lo que buscan los filósofos. Mi curiosidad era la de un hombre de la calle que no era filósofo y que no se dedicaba a la enseñanza de la filosofía. Es decir, buscaba una respuesta simple y asequible para un ciudadano de cultura media. Y sobre todo si a mi, que no soy filósofo, la filosofía me sirve para algo.
Como he dicho, mi interés viene de lejos. Siendo estudiante universitario de una carrera de ciencias, la medicina, decidí matricularme en un curso de filosofía. En este curso el profesor Paulino Garagorri, que decían era un discípulo directo de Ortega y Gasset, nos puso como trabajo fundamental el leer y comentar un libro del propio Ortega titulado ¿Que Es Filosofía?. Justo lo que yo quería. Debo decir que me impliqué con interés a la tarea y que superé el curso con buena nota. Pero, francamente, no llegué a enterarme de para que servía la filosofía. Seguramente fue culpa mía, lo acepto.
A lo largo de los años siguientes, que ya van siendo bastantes, he dedicado muchas horas a la lectura (aprecie el lector perspicaz que he dicho lectura y no estudio) de la filosofía con el mismo propósito inicial de llegar a saber que es filosofía o, lo que es su traducción práctica, para que sirve la filosofía. Y decidí comenzar por el principio.
A VER SI LOS GRIEGOS NOS DAN LA RESPUESTA
Los libros nos dicen que el primer filósofo fue Tales de Mileto quien se preguntó que era la vida y llegó a la conclusión de que la vida era el agua. Porque, lógica conclusión, cuando los seres vivos mueren se secan. En un mundo, como el de Tales, dominado por la superstición y la magia, una afirmación como esta abría sin duda un nuevo camino para la reflexión. Pero para un estudiante de ciencias como yo, esto sonaba más a ciencia que a filosofía. Pitágoras nos habla de los números y nos introduce en la especulación matemática. Me sigue sonando a ciencia. Cierto es que Parmenides nos descubre el ente, tal vez el primer atisbo de la metafísica, pero su discípulo Zenon, con su dialéctica, nos plantea unos problemas paradójicos que siguen sonando a matemáticas o física. Después Demócrito nos habla del átomo. Cuando aparecen los Sofistas utilizan la retórica para elaborar conclusiones prácticas sin importarles si son ciertas o no. Y además cobraban por ello. Esto ya suena a cosa más útil y nos recuerda a los abogados o a los políticos. Pero por su falta de rigor son considerados falsos filósofos. No me sirven. Pero uno de los Sofistas, Protágoras, acuña una frase que se ha hecho célebre y que podemos sacar en cualquier conversación y parecer inteligentes: el hombre es la medida de todas las cosas.
Llegamos a Sócrates que también plantea problemas que suenan a ciencia ( no llueve por que lo quieran los dioses sino porque hay nubes; en caso contrario llovería también cuando no hay nubes), pero también entra en un territorio nuevo hasta entonce, la ética. Pero la ética, para un hombre de la calle como yo, no suena realmente a filosofía.
Discípulo de Sócrates es Platón que nos dice que el filósofo es un hombre que quiere saber. En su momento histórico esta afirmación pudo ser una definición importante pero un hombre de hoy puede llegar a saber por otros medios, como la ciencia y el arte por poner unos ejemplos. Pero nos descubre el mundo de las ideas que separa del mundo de las cosas sensibles y nos lo explica por medio de dos mitos muy bellos, el de Fedro y el de la Caverna, que por si mismo justifican la lectura de Platón aunque no nos ayude a responder nuestra pregunta inicial.
Pero llegamos a Aristóteles, sin duda la cumbre de a filosofía y en quien todos los filósofos posteriores han de apoyarse antes o después.

Y la cosa comienza a tomar forma. Aristóteles nos habla de la ética y de la física pero también de algo nuevo, de lo que está más allá de la física: la metafísica, que él considera que es la verdadera filosofía. Y nos da por primera vez, a mi entender, una definición clara (bueno, no tan clara): la filosofía es la ciencia del ente en cuanto a tal, que estudia la totalidad de las cosas en cuanto son. El resto de las ciencias solo se ocupan de aspectos parciales de la realidad. Para un hombre de hoy esto es esclarecedor pues es cierto que la ciencia se ocupa de aspectos parciales de la realidad: hay una ciencia médica, una ciencia aeronáutica, una ciencia astronómica y así sucesivamente. Pero tampoco en esta definición de Aristóteles encontramos una utilidad para la vida real. Y para terminar de arreglarlo los Escépticos, con Pirrón a la cabeza, nos dicen algo así como que la verdad no existe y si existe nunca llegaremos a conocerla. ¿No dijeron algo parecido los sofistas?
EL CRISTIANISMO LO ARREGLA TODO CON LA FE
Después de Aristóteles la filosofía pierde fuelle, pierde nivel. Con la aparición del cristianismo, la filosofía occidental (que es a la que me estoy refiriendo siempre en estas líneas) se convierte en teología. No es que anteriormente el aspecto trascendente de la vida no se hubiese discutido, el propio Aristóteles nos habla de Dios como primer motor, sino que la teología cristiana ocupa casi con exclusividad el pensamiento antiguo y medieval. San Agustín primero y después la Escolástica con San Anselmo, Santo Tomás de Aquino y muchos otros intentan conciliar razón y fe, apoyándose en Aristóteles cuando es preciso. Estos autores, pendientes de salvar nuestra alma, descuidan los problemas del mundo. Cuando algo no se entiende nos piden que tengamos fe. No nos ayudan, por lo tanto, a responder a nuestra pregunta. ¿Para que sirve la filosofía?
DESCARTES LO INTENTA
Tenemos que esperar hasta el siglo XVII para que aparezca Descartes. Descartes considera que la filosofía conocida hasta entonces no nos da seguridad sobre lo conocido y decide prescindir de todo lo sabido y empezar de cero sobre una base sólida. En su Discurso del Método nos señala la única verdad de la que no podemos dudar y a partir de la cual hay que construir todo el edificio del conocimiento: pienso luego existo. Quiere desarrollar una filosofía de tanta precisión y seguridad como las matemáticas. Escribe sobre música, matemáticas y física basándose no en la lógica sino en la experiencia y la deducción. Se considera que en este punto se separan la ciencia y la filosofía para siempre. Incluso quiso aplicar este método a la medicina para conseguir curar todas las enfermedades de forma definitiva. No lo consiguió y al final de su vida reconoció su fracaso y dijo algo así como que aunque no había conseguido vencer a la muerte, por lo menos había aprendido a no temerla. Buena frase. Pero no consigue, tal como yo lo veo, separar completamente la ciencia de la filosofía pues, como católico ferviente, sigue afirmando que todo, incluso la ciencia, de Dios depende. Desde este momento y hasta llegar a la Ilustración, todos los filósofos de alguna manera se interesan por el sujeto y el mundo pero con Dios de por medio.
En esta línea aparece Blas Pascal, mitad científico mitad filósofo. Escribe un tratado de geometría y un tratado del equilibrio de los líquidos (quien no ha estudiado en el bachillerato el teorema de Pascal) entre otros. En el plano filosófico no puede escapar del gran tema de la época. Elucubra sobre los problemas entre la fe y la razón y nos dice que la muerte nos amenaza a cada instante y que no hay nada más terrible que esta verdad. También nos deja una frase para la historia: el corazón tiene razones que la razón no conoce,
En lo que queda del siglo XVII, la filosofía continental no me porta nada nuevo que permita contestar a mi pregunta original. ¿Para que sirve la filosofía? Así Spinoza nos mete en una especie de panteísmo con objeto de llegar a la perfección humana. Eso si, menciona por primera vez el pacto social que vamos a encontrar mas adelante plenamente desarrollado por los empiristas. Casi contemporáneo de Spinoza es Leibnitz, que sigue la estela de los medio científicos y medio filósofos y escribe tratados sobre historia, medicina, física y matemáticas. En esta última disciplina desarrolla el cálculo infinitesimal. En el plano estrictamente filosófico nos mete en el laberinto de la pruebas de la existencia de Dios.
LOS EMPIRISTAS INGLESES
Paralelamente, en las Islas Británicas, aparecen los filósofos empiristas, es decir los que consideran que el conocimiento solo puede fundarse en la experiencia. A la vista de un no filósofo como yo, estos pensadores me recuerdan a los sociólogos más que a otra cosa. Así Hobbes considera que la filosofía debe ocuparse del bienestar del género humano y en su Leviatán desarrolla ampliamente su teoría del pacto social, que como hemos visto más arriba ya adelantó Spinoza. También nos deja una frase de éxito para la historia: el hombre es un lobo para el hombre. En la misma línea otro empirista, Locke, escribe en su Filosofía Moral que la felicidad es lo que busca todo el mundo constantemente. No se trata, por cierto, de una moral estrictamente religiosa. ¿Es que la filosofía sirve para buscar a felicidad? No me queda muy claro.
LA ILUSTRACION FRANCESA
En el siglo XVIII aparece un movimiento intelectual que conocemos como la Ilustración. Su tema central es la razón como método fundamental del conocimiento. Los ilustrados prácticamente nos dicen que olvidemos todo lo anterior, menuda faena después de haber leído tanto. La Ilustración, nos dicen, es un acontecimiento por el que la humanidad sale de la minoría de edad. Solo importan las preocupaciones humanas, reales, de cada día. Olvidarse de la religión revelada, de la Iglesia, de las pruebas de la existencia de Dios que tanto habían preocupado a los filósofos hasta entonces. Creen en la religión natural, en Dios como creador del mundo y con eso basta. La Ilustración fue sin duda un movimiento cultural y social de primera magnitud que cambió la forma de ver el mundo para siempre, pero no me suena a filosofía. No es metafísica, para decirlo de alguna manera.
LOS ALEMANES TAMBIEN LO INTENTAN
Menos mal que llega Kant. También hombre del siglo XVIII como los ilustrados, nace en 1724 y muere en 1804. Como era de esperar su filosofía se basa en la razón y quiere comprobar si la metafísica es una ciencia. Para los que no somos filósofos, la lectura de Kant es difícil. Sus obras escritas en alemán pareen de no fácil traducción. Yo he leído a Kant en español y nunca he estado seguro de si la dificultad de su lectura es causada mas por mis limitaciones intelectuales o si hay algún problema de traducción. En cualquier caso, Kant dedica once años de su vida a escribir un tratado de más de 300 páginas, la conocida Critica de la Razón Pura, para llegar a la conclusión de que la metafísica no es una ciencia y que, por lo tanto, no puede progresar como las otras ciencias. Pero su conclusión más llamativa para mi, es que por medio de la razón no puede demostrarse la existencia de Dios. Probablemente Kant puso fin a la controversia entre la fe y la razón. Pero aquí no acaba la cosa pues Kant, hombre creyente, escribe otro tratado en el que nos dice que a pesar de todo es casi seguro de que Dios existe y nos presenta como prueba la existencia de la ley o conciencia moral. No es el momento ni soy yo la persona adecuada para desarrollar estos conceptos pero me quedo con la sensación de haber estado en un jardín especulativo puro en el que no encuentro la respuesta que buscaba.
Algo parecido me ocurre con Hegel, ya más del siglo XIX. Sus meditaciones sobre el ser como algo indeterminado y coincidente con la nada y que la realidad es el absoluto, confieso que me supera y creo que no va en la dirección de lo que voy buscando. Me acuerdo aquí de lo que dijo Ortega, que la claridad es la cortesía del filósofo. Bien. Pero Hegel desarrolla un método dialéctico con el que se asciende de una verdad a la siguiente de forma sucesiva y escalonada, intelectualmente muy estimulante. Además escribió una Historia de la Filosofía que ha tenido y sigue teniendo una gran influencia en la filosofía posterior.
Después de Hegel hay poca filosofía en el siglo XIX que me ea de utilidad. Ortega achaca este declinar filosófico al auge de la ciencia con los grandes descubrimientos de este siglo en el que la ciencia parecía destinada a sustituir a la filosofía par siempre. Kierkegaard me cansa un poco con su angustia religiosa y Nietzche con su mito del eterno retorno y el superhombre me suena a algo y muy pasado.
En el siglo XX llegamos a Heidegger. Si antes he mencionado la dificultad de leer Kant traducido al español, esta dificultad es aun mayor en el caso de Heidegger.

Cualquiera de sus textos traducidos están llenos de notas a pie de página en las que el traductor nos explica las dificultades de traducir una palabra en un sentido o en otro y como cambia su significado según el sentido elegido. Aun así, con lo complicado que resulta leer a este pensador, podemos sacar algunas conclusiones. La característica fundamental del ser, nos dice, es el existir expresado como estar-en-el-mundo. Y el único destino cierto e inevitable del existir es la muerte. En frase afortunada (o al menos a mi me lo parece) para Heidegger el hombre es un ser para la muerte. El hombre nunca es demasiado joven para morir. Descartes nos dijo que la única verdad de la que no se podía dudar es su pienso luego existo. Heidegger nos dice que no, que la única verdad infalible es que el hombre es un ser para la muerte. Esta idea, evidentemente, ya estaba en muchos de los filósofos anteriores, recordemos a Pascal, pero Heidegger la desnuda de su aspecto trascendente. Ante la idea de la muerte el consuelo lo ha dado siempre la religión. Pero si dejamos la religión a un lado, la idea del transcurrir fatalmente hacia la muerte se nos presenta como filosofía pura. Porque la ciencia no tiene respuesta ni la tendrá nunca porque no se interesa por este asunto.
POR FIN TAL VEZ TENGAMOS UNA RESPUESTA PERO NO ESTOY SEGURO
Llegados a este punto ¿puedo saber para que sirve la filosofía? Como resultado de todas estas reflexiones, a mi me parece haber encontrado una respuesta. Tal vez haya mas respuestas pero esta es mi respuesta.
La filosofía quiere responder a esta pregunta: ¿Pero que diablos hacemos aquí? Y quiere responder solo con filosofía, sin religión y sin ciencia.
ES POSIBLE QUE NO HAYA RESPUESTA
Creo que la respuesta definitiva no ha llegado todavía y tal vez nunca llegue. Es posible que nuestra capacidad intelectual y la eficacia de la razón como instrumento indagatorio no sean tan grandes como suponemos. Es posible que nos encontremos tan lejos de saber porqué estamos aquí como una hormiga de construir un automóvil. La diferencia es que la hormiga ni siquiera lo intenta. Ahora me viene a la mente aquella definición de la filosofía: una disciplina en la que se hacen preguntas que nunca tendrán respuesta.
Y a lo mejor no es necesario encontrar una respuesta. Solo mencionaré aquí lo dicho por un individuo, la verdad es que no recuerdo quien, como reflexión ante los problemas de cada día: la vida es una mierda y después nos morimos. Pues eso.