er Cromwell fue un personaje, un político, que llegó a la cima del poder en la Inglaterra del siglo XVII después de una guerra civil en la que el campesino Cromwell, sin ninguna preparación militar, se distinguió como un gran estratega y general del ejército. Su actuación fue fundamental para la victoria de su causa y su encumbramiento a la más alta magistratura del Estado. El propósito de su vida fue la lucha contra el

Rey Carlos I hasta derrocar la monarquía y sustituirla por una república presidida por él mismo. En este artículo no vamos a entrar en el detalle de los acontecimientos históricos que llevaron a Inglaterra a una guerra civil ya que nuestros lectores pueden encontrarlos en textos más autorizados. Nosotros vamos resaltar aquellos episodios en los que destacaron la personalidad de Oliver Cromwell, la actitud del Rey Carlos I y al trágico destino de ambos contendientes.
CARLOS I, REY DE INGLATERRA
Carlos I accede al trono a la muerte de su padre el Rey Jaime I. Su hermano mayor, Enrique, había fallecido de viruelas lo que allanó su acceso al trono.
Carlos era Rey por derecho divino según los criterios de la época. Pero tenía enfrente al Parlamento en el que estaban representados los estamentos nobles, religiosos y económicos del país. El Parlamento pretendía controlar al poder real, sobre todo en lo referente a la imposición de impuestos. Pero el Rey tenía la potestad de convocar y disolver al Parlamento según su voluntad. No aceptaba el derecho del Parlamento a controlarle pues el Rey solo responde ante Dios.
OLIVER CROMWELL
Oliver Cromwell nace el día 25 de abril de 1599 en la ciudad de Huntingdon, un pueblo eminentemente agrícola en el condado de Cambridgeshire en el este de Inglaterra. Oliver crece en este ambiente campesino y destaca por su pasión por los caballos y su habilidad como jinete. Estudia las primeras letras en la escuela local, regentada por el maestro Thomas Beard que era un puritano estricto que infundió en Oliver el temor a la justicia divina y le aseguró que el Papa de Roma era el anticristo. Durante toda su vida Oliver sería un devoto puritano temeroso de Dios.
A los 17 años ingresa en el Sidney Sussex College de la Universidad de Cambridge. En esta institución, de ambiente estrictamente puritano, Oliver estudia algo de latín, matemáticas y geografía. Su estancia en Cambridge apenas dura un año pues su padre fallece y ha de regresar a Huntingdon para hacerse cargo de las propiedades de la familia.
Una vez ordenados los asuntos familiares, Oliver marcha a Londres para estudiar derecho. Poco se sabe de su estancia en esta ciudad y no es seguro que completase sus estudios. Pero en 1620 se casa con la hija de un comerciante que aportó al matrimonio una importante dote. Ya casado regresa a su ciudad natal para dedicarse a la agricultura.
Es en estos años cuando tenemos la primera información sobre su salud. Atravesaba una crisis espiritual y se sentía muy mal con frecuentes pesadillas. Creía que iba a morir. Acude a ver a un prestigioso médico de Londres que le diagnostica de melancolía, lo que hoy llamaríamos depresión. Fue una crisis dominada por su educación puritana, que le llevaba a creerse un pecador sin remedio, sin esperanza de salvación y que solo se consolaba con la lectura de la Biblia. Estas crisis las padecería a lo largo de toda su vida.
En 1631, el campesino Cromwell vende todas sus tierras en Huntingdon. Tenía otras propiedades que había heredado de su tío, Sir Thomas Steward, en Ely. Cromwell era un campesino algo rudo pero bien acomodado y en 1640 accede al Paramento elegido por la ciudad de Cambridge.
EL PROBLEMA RELIGIOSO
El Rey Carlos I era la cabeza de la Iglesia de Inglaterra, como lo habían sido todos los monarcas ingleses desde los tiempos de Enrique VIII. La Iglesia de Inglaterra había heredado de la Iglesia de Roma muchos de sus ritos y ceremonias, sus vestimentas sagradas y sus edificios eclesiásticos como las catedrales. Para los protestantes ingleses, el catolicismo y la Iglesia de Roma eran unas instituciones malditas que había que perseguir y destruir a toda costa. Y la Iglesia Anglicana se parecía demasiado al catolicismo por lo que también debía ser eliminada. Además, el Rey Carlos se había casado con una católica, lo que era más de lo que los protestantes, y entre ellos los puritanos, podían aceptar.
Los escoceses, cuya religión oficial era la protestante presbiteriana, apoyaron durante la guerra civil a las tropas anti monárquicas con el compromiso de abolir la Iglesia Anglicana y a su cabeza, el Rey Carlos, e implantar la presbiteriana de forma obligatoria en toda Inglaterra. Este compromiso finalmente no se cumplió por lo que los escoceses cambiaron de bando según les convenía.
EL ORIGEN DE LA GUERRA CIVIL
Los conflictos entre el Parlamento y el Rey eran constantes. El Parlamento era una institución que, desde los tiempos de la Carta Magna en los años del rey Juan sin Tierra en 1214, tenía como misión limitar el poder arbitrario del monarca. Había nacido como un pacto feudal entre la nobleza y la iglesia, temerosos de la rapacidad del rey sobre sus bienes, y un monarca débil que se vio obligado a aceptar los términos del pacto. Este Parlamento fue haciéndose cada vez más atrevido y en los tiempos que nos ocupan, tiempos del rey Carlos I, se enfrentaban al monarca con fuerza.
A las pocas semanas de acceder al trono, Carlos I ya convoca al Parlamento porque necesitaba nuevos impuestos para sufragar la guerra contra Francia y España. El Parlamento solo accede en parte y pone condiciones que el rey no está dispuesto a aceptar. Exige que el Rey no pueda crear impuestos sin la autorización del Parlamento.
El rey disuelve

el Parlamento y decide gobernar en solitario. Tenía muy claro que era Rey por derecho divino y que solo tenía que dar cuentas a Dios. No vamos a entrar en los complicados detalles de las interminables debates entre ambas partes, cada parte defendiendo con fuerza sus derechos. Llegó un momento en que la ruptura fue inevitable. Cuando el Parlamento suprime la potestad real de convocar y disolver las cámaras, suprime los privilegios de la iglesia Anglicana y prohíbe a los obispos ocupar cargos públicos y pertenecer a la cámara de los Lores, el rey abandona Londres y el día 22 de agosto de 1642 enarbola su estandarte en la ciudad de Nottingham. Es el comienzo de la guerra civil.
LA GUERRA CIVIL EN MARCHA
La guerra civil inglesa en realidad fue una lucha entre dos minorías. La mayor parte de la población no se involucró decididamente en esta guerra. No fue una lucha de clases pues en ambos bandos se encontraron campesinos, comerciantes y nobles. Tampoco fue estrictamente una guerra de religión pues en ambos bandos lucharon tanto protestantes, anglicanos y católicos. Fue una guerra de ideas o conceptos sobre la autoridad del poder, de quien debía gobernar.
Por un lado, las fuerzas del Parlamento, que tenían su mayor apoyo en las ciudades donde el puritanismo era fuerte. Y sobre todo Londres, y en las ciudades portuarias lo que le daba la fuerza de la marina y de los impuestos sobre la navegación.
Por otro lado, las fuerzas que apoyaban al Rey las constituían parte de la nobleza con algunos altos miembros del ejército, las zonas agrícolas más pobres donde la población era monárquica por tradición y las ciudades universitarias o con catedrales de la Iglesia Anglicana.
Pero ambos ejércitos se componían de pequeñas unidades, muchas veces reclutadas por los condados y que se limitaban a luchar solo cuando se combatía en sus cercanías.
La guerra se sucede con altibajos, con victorias y derrotas por ambos bandos. En un momento dado el Parlamento decide organizar un verdadero ejército nacional, con gran disciplina y mandos profesionales. Un ejército mercenario que frecuentemente sufría retrasos en los pagos con los consiguientes conatos de indisciplina. Cromwell fue nombrado jefe de este nuevo ejército pues había demostrado su capacidad estratégica y su liderazgo y su eficacia al frente de la caballería en muchos combates . Fiel a su profunda fe puritana, siempre leía algún pasaje de la biblia antes de entrar en combate y estaba seguro de que sus victorias militares se debían a la ayuda divina.
Durante los crudos inviernos de Inglaterra, Cromwell sufrió con frecuencia de fiebres intermitentes, lo que hoy podríamos identificar como malaria o paludismo. Gran parte de su vida la vivió en zonas pantanosas donde la malaria sería endémica.
Poco a poco las victorias de las fuerzas parlamentarias fueron inclinando la balanza. El Rey se ve obligado a huir y termina refugiándose en la isla de Wight. Un intento de escapar a Francia fracasa, es hecho prisionero y es trasladado al palacio de Windsor en Londres. Era el mes de diciembre de 1648
Y AHORA ¡QUE HACER CON EL REY?
Sobre que hacer con el Rey prisionero, lo vencedores estaban divididos. Por un lado, los miembros del Parlamento, algunos de ellos miembros de la nobleza, eran partidarios de negociar con el Rey y mantener la monarquía pero con un Rey sin ningún poder. Los parlamentarios eran conscientes de que la mayoría del pueblo inglés era partidario de la monarquía aunque fuese sin poderes. Pero el ejército tenía otros planes. No permitirían al Rey Carlos volver al trono de ninguna manera. Enviarle al exilio le daría ocasión de conspirar con gobiernos extranjeros contra Inglaterra. Encarcelarle le convertiría en un mártir a la vista del pueblo inglés. Porque lo tenían muy claro: si vencían cien veces al Rey, el Rey seguiría siendo el Rey. Pero si el Rey vencía una sola vez, todos terminarían en la horca. Solo quedaba la eliminación física del monarca.
Pero el Parlamento se negaba a esta opción. Entonces el ejército, con el beneplácito de Cromwell, toma el Parlamento e impide la entrada a la mayoría de sus miembros. Más de cien quedaron fuera y solo permite que unos cincuenta pudiesen ocupar sus escaños. Era el llamado Rump Parlament. La suerte de Inglaterra estaba en manos de una minoría revolucionaria, el ejército y unos pocos parlamentarios. Minoría pero con todo el poder, que determina que hay que juzgar al Rey con el convencimiento de que sería condenado a muerte.
EL JUICIO CONTRA EL REY CARLOS I
En enero de 1649 se decide nombrar el tribunal que habría que juzgar al Rey. Esta tarea no fue fácil pues muchos de los posibles candidatos se negaron a participar. Finalmente se decidió constituir un tribunal compuesto por 135 jurados en el que no constaban ni jueces ni miembros de la nobleza. Fue necesario nombrar a un abogado poco distinguido, John Bradshawe, para presidirlo.
El juicio se inicia el día 22 de enero en Westminster Hall, pero solo 52 de los miembros del jurado se presentan. El Rey sube al estrado con su atuendo e insignias de su rango. Se le acusa de alta traición contra las leyes y libertades de Inglaterra.
El juicio se celebra con gran ceremonia y se prolonga hasta el día 27. El veredicto es de culpabilidad y el Rey es condenado a muerte.
LA EJECUCIÓN.
El Rey Carlos I de Inglaterra es decapitado públicamente el día 30 de enero de 1649. Su cuerpo es embalsamado y la cabeza es cosida de nuevo al cuerpo por el cirujano Thomas Traphan. El cadáver real es expuesto al público durante unos días para que no hubiese dudas sobre que el Rey había muerto. El cuerpo es colocado en un féretro corriente de madera y envuelto con un paño de terciopelo negro. Posteriormente este féretro se introduce en otro de plomo marcado con una placa en la que se leía Rey Carlos 1649.
En principio de pensó en enterrarlo en la abadía de Westminster donde reposaban los restos del rey Enrique VII y otros miembros de la realeza. Pero al tratarse de un lugar muy frecuentado por el público se quiso evitar una corriente de visitas. Finalmente se dispuso su entierro en la cripta de la capilla de San Jorge del palacio de Windsor donde descansaban los restos del rey Enrique VIII y de su tercera esposa, Jane Seymour. El sepelio se llevó a cabo sin ninguna ceremonia.
Carlos I había muerto a los 48 años de edad y había reinado durante 22 años.
OLIVER CROMWELL AL FRENTE DEL NUEVO ESTADO
Cromwell era, sin duda, el hombre fuerte de la situación y quien tomaba las decisiones, al menos de momento. El nuevo régimen ya era impopular desde su origen, pues la mayoría del pueblo consideraba injusta la ejecución del Rey. Las potencias extranjeras, todas monarquías, no reconocían al nuevo Estado.
Pero los problemas se amontonaban y había que actuar. Así, en 1649 se produce una rebelión en la católica Irlanda y Cromwell, acude con el ejército y somete a los irlandeses con gran crueldad, autorizando la matanza de sacerdotes y frailes. Oliver es llamado el martillo de Irlanda. Las propiedades católicas son confiscadas y las iglesias cerradas.
Los problemas no terminan. En 1650 Escocia también se levanta en armas y reconoce al hijo del Rey ejecutado como Carlos II Rey de Escocia, de Inglaterra y Gales. El nuevo Rey acepta pagar la ayuda escocesa imponiendo la iglesia presbiteriana en todo su reino. El Parlamento de Londres nombra a Cromwell capitán general y jefe absoluto del ejército inglés enviado a reprimir a los escoceses. Ambos ejércitos se enfrentan en Worcester, los escoceses son derrotados y el rey Carlos II se ve obligado a huir. La batalla de Worcester sería la última actuación de Cromwell como soldado.
Durante esta campaña en Escocia, la salud de Cromwell se resintió. Bajo una tormenta de granizo y nieve tiene episodios de fiebre intermitente. Su desgaste físico era evidente y su mente y espíritu se vinieron abajo. Su estado era grave y corrió el rumor de que había muerto. Tarda unos meses en recuperarse y volver a cabalgar. Pero regresa a Londres triunfante.
Llega entonces el momento de organizar definitivamente el nuevo Estado. Tras la muerte del Rey no quedaba nada. Había desaparecido la corona, la Iglesia de Inglaterra, las cámaras de los Comunes y de los Lores. Todo quedaba en manos del hombre fuerte, Cromwell, que recibía el tratamiento de Lord General.
Se discuten distintos modelos. Algunos de sus partidarios deseaban que Cromwell se proclamase rey e iniciase una nueva dinastía. Pero Cromwell había luchado para acabar con la monarquía y no podía aceptarlo. En realidad, abolida la monarquía, Inglaterra era una república. Se pensó en una presidencia y un parlamento con algunas atribuciones de control. Pero Cromwell creía que el pueblo deseaba tener un buen gobierno y no un gobierno representativo.
Después de muchas negociaciones y discusiones se llega a una conclusión práctica. Se nombra autoridad máxima a Oliver Cromwell con el título de Lord Protector. Inicialmente le acompañaba un Parlamento limitado, con duración de tres años durante los cuales solo se reuniría durante cinco meses y sin derecho a decidir sobre el presupuesto ni los nombramientos. El ejército también quedaba fuera de las atribuciones del Parlamento. Todo el poder ejecutivo quedaba en manos de Cromwell que además tenía derecho de veto contra cualquier resolución que le incomodara. También tenía el derecho de nombrar a su sucesor.
En diciembre de 1654 Cromwell jura su cargo de Lord Protector en una ostentosa ceremonia que se celebra en Westminster. Para efectos prácticos, era un dictador sin límites de poder.
Sus primeros decretos no fueron bien recibidos pues eran demasiado novedosos. Establece el matrimonio civil y suprime los diezmos obligatorios a la Iglesia Anglicana. Organza un registro de matrimonios, nacimientos y decesos. Pero otros decretos tienen una intención moralizante, como era de esperar en un puritano tan estricto. Se prohibió todo lo placentero. Se castigaba el lenguaje obsceno. Se prohibió el juego y las apuestas. Se mataron todos los gallos de pelea y se prohibieron los espectáculos con animales. Los vagabundos fueron encarcelados. La alegre Inglaterra, se transformó en silenciosa y melancólica donde nadie podía confiar en su vecino por miedo a ser delatado.
El orden público era estricto. Se instaura censura de la prensa y solo se permite una publicación periódica a la semana. La justicia era arbitraria, algunos jueces fueron destituidos y otros dimitieron.
En esta situación dictatorial era inevitable el descontento, no solo de la población sino entre muchos de sus antiguos aliados y colaboradores. Las conspiraciones eran frecuentes por lo que fue necesario organizar un sistema de espionaje con delatores en todas partes. La alta traición se castigaba con la muerte. Todo lo que ocurría llegaba al conocimiento de Cromwell. Los espías también actuaban en el continente. y se conocía todo lo que pasaba en las cortes europeas.
En lo personal también era moderado. Solo comía alimentos producidos localmente, apenas algo de vino ligero y cerveza ocasionalmente. No le interesaba el arte ni la literatura y solo leía la Biblia. La música solo en recepciones oficiales como la presentación de embajadores. Algo de caza con halcones pero su gran afición era montar a caballo.
En 1655 tuvo un episodio grave de mal de la piedra, nombre que recibía entonces el problema de los cálculos de la vejiga urinaria secundarios a un crecimiento de la próstata. Sus médicos decidieron llamar a consulta al más acreditado especialista en litiasis vesical, el Dr. James Moleyns, que además de ser un gran cirujano siempre había sido un fervoroso monárquico y partidario del Rey Carlos. Cuando Cromwell quiso pagar sus honorarios, Moleyns se negó a aceptarlos pues, según dijo, le había tratado porque un médico tiene la obligación de tratar incluso a sus enemigos. Cromwell quiso pagarle y tiempo después le envió una generosa cantidad con la petición de que aceptara en nombre del Rey Carlos.
EL FINAL
Pero el Lord Protector era humano y sometido, por lo tanto, a la enfermedad y la muerte. A lo largo de su vida había sido relativamente sano aunque con numerosos episodios de fiebres intermitentes, de mal de la piedra y gota.
Los primeros meses del año 1658 fueron muy fríos y ventosos con
tormentas de granizo. Una epidemia de gripe se extendió por todo el país. Cromwell se contagió y tuvo que guardar cama. Pero desde entonces la salud empeora poco a poco y vuelven los problemas de cálculos de la vejiga urinaria, la fiebre y la gota. Los medicamentos utilizados para tratar la gota no pudo tolerarlos. De nuevo la fiebre.
Sufre una serie de pérdidas familiares lo que empeora su estado general que cada vez es más débil. Cada vez escribe con más dificultad y su letra es confusa. La tiemblan las manos, lo que es apreciado por los embajadores que acuden a las recepciones oficiales.
Sus médicos no llegan a un diagnóstico. Cromwell, muy deprimido se encierra en si mismo. El día 17 de agosto se encuentra algo mejor y puede salir a dar un paseo. Pero el sábado día 21 empeora. La fiebre sube de nuevo y los médicos diagnostican una terciana bastarda. Se acompaña de mareos y sudores fríos. Su estado preocupaba a la Nación. Se rezó por su salud en todas las iglesias y el propio Cromwell solo encontraba consuelo en la oración.
Llegó el momento en que había perdido toda esperanza de mejorar. Temblaba al verse al borde de la eternidad. Su corazón puritano le hacía dudar sobre su predestinación. Llegó a decir que tenía miedo de caer en manos de Dios. Deliraba con la fiebre y recitaba confusas fórmulas del credo pero sin convicción ni esperanza. Espero que Dios me haya perdonado, musitaba en medio de la confusión. Sintiéndose morir decide nombrar sucesor, como le autorizaba la Constitución, y la elección recayó en su hijo Richard en presencia de testigos.
El 3 de septiembre entra en coma y a las 4 de la tarde fallece. Tenía 59 años. Su cuerpo es embalsamado por su médico personal, el Dr. Bate.
El entierro es una solemne ceremonia de Estado. El cuerpo es

amortajado con traje de terciopelo y una túnica púrpura. La carroza fúnebre fue engalanada con terciopelo negro, arrastrada por seis caballos y escoltada por jinetes también de negro.
El Lord Protector fue enterrado en la Abadía de Westminster, en la capilla de Enrique VII.
LA RESTAURACION DE LA MONARQUIA. EL REY CARLOS II Y SU TERRIBLE VENGANZA.
A la muerte de Cromwell la República colapsa. Su hijo Richard no tiene la capacidad ni la autoridad de su padre. Los distintos jefes militares que había sostenido al dictador con su apoyo, se enzarzan en disputas para alcanzar el poder. El país entra en un periodo de desorden sin control. Diez y ocho meses después de la muerte del dictador,, el general Monk, uno de los mayores colaboradores de Cromwell, da un golpe, acaba con la República y instaura de nuevo la monarquía. El hijo del ajusticiado Rey Carlos I, reinará sobre Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda como Carlos II.
El nuevo Rey ha de poner orden en su reino pero no se olvida del agravio sufrido por su padre a manos de Oliver Cromwell. Han pasado tres años de la muerte del dictador cuando decide exhumar su cadáver junto con el de John Bradshawe, el presidente del tribunal que condenó a su padre y el del general Henry Ireton, yerno de Cromwell, que había muerto en la guerra de Irlanda.. Los cuerpos fueron llevados a Tyburn, el lugar donde se ajusticiaba a los condenados. Allí los cadáveres fueron ahorcados en público y así permanecieron colgando durante 24 horas. Después fueron decapitados con gran ceremonia en presencia de numeroso público. Las cabezas fueron ensartadas en unas picas y colocadas en el techo de Westminster Hall, donde su padre había sido juzgado, a la vista de toda la gente que pasaba por allí. En esta situación permanecerían durante varios años. Los cuerpos fueron enterrados en una fosa abierta junto al cadalso de Tyburn.
Carlos II se plantea la posibilidad de exhumar el cuerpo de su padre y trasladarlo desde la capilla de San Jorge en Windsor hasta la abadía de Westminster donde reposaban los restos de los reyes de Inglaterra. Pero se habían realizado numerosas obras en Windsor y era difícil localizar la tumba de Carlos I, por lo que se abandonó la idea.
Pero muchos años después, en 1813, se realizaron unas obras en la capilla de San Jorge y se derribó una pared. Aparecieron entonces los 3 féretros hasta entonces perdidos, de Enrique VIII, su esposa Jane Seymour y de Carlos I. El Príncipe Regente, que gobernaba durante la incapacidad de su padre el Rey Jorge III, ordena comprobar si realmente estos restos eran los del difunto rey. Para ello se abre la parte anterior del féretro de plomo y se extrae la cabeza que estaba suelta. Una vez completada la identificación, la cabeza fue repuesta en el féretro de plomo que fue soldado de nuevo y depositado en la misma cripta de la capilla de San Jorge.
LA CABEZA DE CROMWELL
Según parece, y estos hechos pueden no estar bien documentados y formar parte de la leyenda, en algún momento las pértigas, desgastadas por el tiempo y el clima, se rompen y la cabeza de Cromwell cae a suelo de donde es recogida por uno de los miembros de la guardia, llamado Henry Barnes, que después la vendió a un coleccionista que expuso la cabeza en un museo de horrores.. A lo largo de los años pasa por las manos de distintos propietarios. El último propietario fue un médico, el Dr. Wilkinson, que encontró la cabeza en casa de uno de sus pacientes. Finalmente un descendiente de la familia Wilkinson, decide darle sepultura. Lo que hace el 25 de marzo de 1960 en el jardín del Sidney Sussex College de Cambridge, donde en su juventud había estudiado Oliver Cromwell.
Para escribir este artículo nos hemos ayudado de los siguientes textos:
John Buchan. Oliver Cromwell. Stratus Books ltd. Cornwall, UK, 2008.
The Oxford History of England. Oxford University Press. Oxford 1988.
Moreno Echevarría. Cromwell y la Guerra Civil. Historia y Vida. Nº 40. Julio 1971.
Peachey, George. Cromwell´s Surgeons. Proceedings of the Royal Society of Medicine. May 1931.
Fraga Iribarne, Manuel. El Parlamento Británico. Instituto de Estudios Políticos. Madrid 1961.
Hartzman, Marc. The Embalmed Head of Oliver Cromwell. Curious Publications. New York, 2015.